SOBRE EL PESIMISMO

El pesimismo con que los colombianos vemos nuestra situación (SEMANA #757) es el reflejo de la pobreza de nuestras instituciones y nuestro régimen. Esta depresión colectiva es el resultado de una pésima calidad de vida, causada por la extrema violencia en que vivimos y la escasa o nula reacción de las instituciones. Por una parte está nuestro Presidente, aferrado al poder después de haber sido absuelto por el Congreso en la más burda burla a la justicia. Un Congreso en buena parte amangualado con el delito y aferrado a una sarta de mentiras. Las instituciones que deben hacer justicia son inoperantes o pertenecen al círculo de poder del Presidente (caso Procuraduría y Contraloría). El Fiscal no es un modelo de operatividad y eficiencia, y la administración de justicia da grima, con menos del 5 por ciento de casos resueltos. Las Fuerzas Armadas y de Policía son en el mejor de los casos inoperantes, cuando no partícipes de delitos o atropellos a los derechos fundamentales.La mayoría de colombianos creímos en Samper y cometimos la estupidez de elegirlo. Pero no podemos repetir nuestro error. Tenemos la obligación de elegir un líder que represente la realidad ética de la gran mayoría y que sea capaz de lograr la paz que anhelamos; un líder que aúne voluntades por encima de intereses particulares. Carlos Valencia VargasBogotá