Son tantos los corruptos

Pero los colombianos debemos cancelar el término corrupción. De tanto usarlo, a toda hora y en todas partes ha perdido su significado y esto es un acontecer con todos los términos de uso continuados.

Son tantos los individuos que, en nuestro país, caben bajo esta denominación que ya parece no afectar en lo más mínimo la reputación de ellos. Sugeriría que para que los colombianos nos exaltáramos y nos sintiéramos pisoteados los llamáramos bandidos, sinvergüenzas, pícaros u otros términos similares. Hay en la actualidad unas 16.000 personas que mensualmente reciben del erario público, sean funcionarios en actividad o en receso pensional, o sus familiares (como beneficiarios), hasta 40 jornales mínimos cuando la ley fija un tope de un máximo de 20. Son aproximadamente 50.000 millones mensuales por encima de lo autorizado por la ley y allí se incluyen senadores, parlamentarios, ministros, ex ministros y sus hijos como sucede en la actualidad. Individuos que son o fueron ex presidentes o presidentes (por ocho días), alcaldes, diputados, empleados de institutos descentralizados, jefes sindicalistas de empresas estatales, rectores, profesores de universidades públicas y ¿cuántos más?