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Tala indiscriminada

Carlos Díaz Granados
5 de junio de 2000

Me causó bastante asombro leer la carta de la directora del Jardín Botánico (#939). Es inconcebible que se siga engañando a la ciudadanía afirmando que solamente han talado “árboles que se encuentran en estado de deterioro y amenazando la seguridad pública”. Me consta personalmente que para el proyecto de ‘arborización’ de la carrera séptima, entre calles 100 y 182, en el que colaboré ad honorem en calidad de ciudadano preocupado, el plan original consistía en talar más de 90 por ciento de los árboles existentes (como se puede verificar en los planos suministrados por el Jardín Botánico), simplemente porque no correspondían a la especie arbitrariamente elegida. El resultado final del trabajo conjunto fue la preservación de cientos de árboles que inicialmente iban a ser eliminados sin razón, y adoptar un plan de sustitución gradual. Cabe aclarar que la iniciativa de tratar de preservar al máximo surgió por parte del contratista y la comunidad, mas nunca del Jardín Botánico. Un triste ejemplo de qué es lo que quiere dicha institución es la avenida 15, entre calles 127 y 100, en donde se taló la inmensa mayoría de árboles, se sembraron menos de los que había y no se escuchó a la comunidad.

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