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Trágico y doloroso saldo

Jorge Yáñes Infante<br>Cúcuta
31 de octubre de 2004

Me parece muy completo el informe sobre el episodio de la toma del Palacio de Justicia que hizo SEMANA en su número 1.172. Aunque el tema se presta para muchos análisis desde nuevos puntos de vista, no se debe salir de la objetividad y el respeto por los hechos ya establecidos en los estrados judiciales.

Lo que no está bien es que el articulista se vaya por la senda de la simplicidad y asegure que "es el proceso de paz más exitoso que ha tenido el país". Para que un proceso de paz sea exitoso se requiere como condición sine qua non que los dos lados del conflicto salgan satisfechos y, por supuesto, perdure en el tiempo. Si repasamos los hechos, la toma del Palacio se derivó de la inconformidad y el incumplimiento de los acuerdos entre el gobierno de Belisario Betancur y el grupo insurgente. Al trágico saldo de la pérdida de valiosos e inocentes compatriotas debe sumarse el asesinato por las 'fuerzas oscuras' de un buen número de integrantes del M-19 ya reinsertados. Con el asesinato de Carlos Pizarro, el protagonista de uno de los dos lados, quedó sellado "el proceso de paz más exitoso que ha tenido el país".

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