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TRASCENDENTALES DECLARACIONES

27 de septiembre de 1999

Según comentó SEMANA en su edición #900, en días pasados el Papa Juan Pablo II afirmó
públicamente, que el cielo no es un lugar, sino un estado del alma a manera de relación viva y personal
con Dios. Una semana después, afirmó que el infierno tampoco es un lugar, sino otro estado del alma, en
donde la situación es la carencia de Dios por apartarse de El libre y definitivamente.
Aun cuando se dice que los teólogos ya venían debatiendo el asunto, estas trascendentales
declaraciones adquieren una dimensión insospechada al provenir de la misma boca del Papa, en una especie
de buena nueva de final del milenio. Pero cuando su profundo contenido sea captado plenamente por los
creyentes, se va a causar una inevitable avalancha de dudas de fe.
Bienvenido el hecho de que se desmitifiquen y se despojen de fantasías literarias y pictóricas los
conceptos de cielo, purgatorio e infierno, influidos en sus orígenes por religiones ajenas al cristianismo y
luego en su desarrollo por largos períodos culturales paganizados, y otras veces por sectores bastante
fanáticos de la misma religión.
Ahora corresponde a los obispos, en su calidad de guías espirituales, ampliar y calificar el alcance de las
opiniones papales, evitando así la agudización del desplome de las creencias.
Gustavo E. Calle V.
Cali

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