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Un mensaje para los presos

Yo me encuentro privado de la libertad en la Penitenciaría Nacional de Valledupar y qiero llevar un mensaje a todos los internos del país.

Ricardo Antequera
5 de noviembre de 2001

Yo me encuentro privado de la libertad en la Penitenciaría Nacional de Valledupar. Quisiera mostrarle la cara amable de los internos de esta penitenciaría que ha sido adquirida gracias a quienes son las personas encargadas de la resocializar a los internos, gracias a ellos mi vida cambió. Y lo lograron. Tengo un mensaje para todos los internos.

"Tú vales, no te pongas en venta"

Obsérvate a ti mismo. Valora lo maravilloso que eres. Estás hecho a imagen y semejanza de Dios. Tú eres el rasgo más delicado que ha hecho Dios en toda la creación. Tú eres la creación más fina. Acepta hoy que tu vida es el regalo más precioso que has recibido de parte de Dios.

Nunca dejes de reeducarte. Disponte a comenzar siempre. Tú puedes ser dueño de tus propios actos. Dios te ha equipado con unos instrumentos formidables para que seas artífice de tu propio destino. Te ha imaginado para el éxito y no para la derrota. El fracaso no debe correr por tus venas

Tú serás lo que pienses en tu corazón. Por eso procura plantar pensamientos positivos, hermosos y correctos en tu mente. Vigila todo lo que entra en tu mente, en tu cuerpo, en tu alma y tu corazón.

Estás en este mundo con un propósito: ser feliz. Disfruta todo lo que eres. Aprende a reírte de ti mismo, porque tú serás el más cómico cuando te tomas demasiado en serio. Pinta todos los días con una sonrisa.

Tú envejecerás al ritmo que tú mismo desees. Puedes hacer de ti lo que exactamente quieres ser. Proponte alcanzar el equilibrio. Procura no perder el control, acoge tus equilibrios, ellos son parte de tu nobleza. Conócete interiormente, entra en armonía contigo mismo, acéptate como eres.

Tú puedes dirigir tu vida. Puedes ser el piloto de tu propia nave, nunca dejes de buscar quién eres tú. Constrúyete a ti mismo con bases sólidas y fuertes. Así como serás esclavo de tus propias debilidades. Identifícate con tu imagen de bondad. Procura ser y no sólo parecer. Reconcíliate siempre contigo mismo. No dejes nunca de perdonarte. Vive sin miedo, ama sin fronteras, cree sin límites y vive más allá del tiempo.

Dios ha querido que seas permanente y eterno. Nunca pierdas la certeza de tu inmortalidad. Vive y actúa dentro de los límites de tu autoimagen, deja a un lado los conceptos inmaduros. Nunca te degrades. Respeta lo que eres. Autorrespétate. El amor es el resultado de un total autorrespeto. Yo te respeto y valoro tu existencia, justifica mi respeto hacia ti.

Desarrolla al máximo tus potencialidades, cree en ellas. Cultívalas para que las dupliques y puedas colocarte a disposición de los demás. Acepta tus potenciales negativos, sería anormalidad no tenerlos. Si no fueras capaz de sentir miedo, también serías incapaz de tener fe. Si fueras incapaz de infidelidad, no sabrías lo que sería la felicidad. Pero manten bajo control tus potenciales negativas, bájales el volumen. Refínalos para que no te quiten vida y continuamente produzcas los potenciales opuestos.

Tú no eres la víctima de ninguna fuerza, personas o situaciones exteriores. A ti que te controla tus deseos o vaya contra tu voluntad. Nada exterior a ti te puede dañar.

Si lo permites nada te podrá afectar negativamente. Manten un concepto aceptable y adecuado de ti mismo. Procura encontrarte, reconocerte y revalorarte a ti mismo. Nunca le sugieras a tu cuerpo que se enferme o envejezca. No te disculpes de tus insuficiencias, no te desacredites a ti mismo.



Ricardo Antequera Palma

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