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Un referente común, el TLC

19 de abril de 2008

En ‘Mejor dudar que saber’ y ‘La abyección no paga’, de Héctor Abad Faciolince y Antonio Caballero, (#1354), hay un referente común, el TLC, y aunque a primera vista sus autores parecieran coincidir en que este tipo de tratados, antes que beneficiar a los ciudadanos de ambos países —como reza uno de los comunicados de la Casa de Nariño—, sólo beneficia a unos pocos conglomerados trasnacionales, en el caso de Abad el beneficio de la duda pareciera eximirlo de opinar, mientras Caballero no sólo celebra que el TLC se haya caído sino que, con argumentos y recordando el caso mexicano, muestra de qué modo el aumento del comercio sólo ha beneficiado a unas pocas empresas exportadoras mexicanas, en su mayoría multinacionales norteamericanas instaladas en el país azteca, mientras las importaciones subsidiadas de alimentos han llevado a la ruina del campo y al encarecimiento de los alimentos. En otras palabras, mientras en un caso se buscan excusas para no tomar partido frente al TLC, en el otro, con razones, se defiende un punto de vista donde, de manera manifiesta, se señala quiénes son realmente los beneficiados y quiénes los perjudicados.
No se necesita ser un economista para advertir los riesgos de una decisión política, máxime cuando los hechos han sido tozudos. Sin caer en dogmatismos, el escepticismo que predica Abad no puede ser una actitud permanente, cuando se trata de opinar sobre asuntos que nos competen a todos y no sólo a los especialistas.

Juan Manuel Jaramillo Uribe
Manizales

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