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UNA SOCIEDAD LAXA

2 de noviembre de 1998

La génesis de la miseria humana en que nos encontramos inmersos tuvo como motor principal el ansia de enriquecimiento, lícito o ilícito, que se apoderó de buena parte de nuestra sociedad. Con la aparición de los dineros del narcotráfico, distribuidos gratuita y generosamente entre una sociedad laxa, que ya estaba preparada para el delito, desde años atrás, por la acogida que se dio al éxito del contrabando. Uno de los ejemplares típicos de la aserción anterior es, precisamente, Santiago Medina, ciudadano que se convirtió en proclive al delito por su desaforada ambición de enriquecimiento y poder al preguntarle SEMANA en su edición #855 "¿Y no veía ningún problema en trabajar para narcotraficantes? contestó "en ese momento no. Pensaba era en hacer plata. Hoy me arrepiento mucho. Toda la sociedad fue complaciente con el narcotráfico y no nos dimos cuenta del extremo a que nos llevó". La realidad es que sólo unos pocos ciudadanos, los que se encuentran detenidos han sido castigados por ese delito. Por ello no sólo debemos perdonar, sino arrepentirnos colectivamente, como lo dice Medina, y luchar porque la moral de nuestros antepasados vuelva a ser la norma de conducta del buen vivir de los colombianos. Jorge Arbeláez Manrique Cal

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