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La vaca milagrosa de Fidel Castro

26 de noviembre de 2016

El líder de la revolución cubana era un hombre que vivía de Utopías. El Miami Herald recuerda muchas de ellas a propósito de su muerte: quería secar la Ciénaga de Zapata para producir ahí todo el arroz que consumiría el país, construir una central termonuclear, una carretera de ocho vías. Pero quizás la más simpática es que en un momento dado una de sus apuestas fue convertir a Cuba en el gigante lechero del mundo. “Castro había leído Dinámica de los pastos, del científico francés André Voisin, y creyó descubrir la piedra filosofal de la ganadería: hacía falta una vaca biónica, capaz de resistir el clima tropical, producir leche y carne en grandes cantidades, y consumir lo menos posible. Así nació la idea de las F-1 de gen rojo, un cruce de vacas Holstein y Cebú”. La idea era encerrar las vacas en naves espaciales con aire acondicionado y música clásica de modo tal que se estimulara su sistema glandular y como consecuencia de esto se produjera más leche. En 1982, Castro cumplió ese sueño y una de sus vacas entró al record Guinness con una producción de 109.5 litros de leche en tres ordeños.