Curiosidades del fallo I

1 de diciembre de 2012

El famoso cayo Quitasueño está constituido por una serie de rocas tan pequeñas que prácticamente en ninguna se puede parar un ser humano y buena parte del año, la mayoría están bajo el agua. Casi todas tienen menos de 1 metro de altura y menos de 1 metro de base. Estados Unidos e Inglaterra no las reconocían como terreno insular sobre el cual alguien pudiera pretender soberanía pues alegaban que no eran más que piedras marinas. Colombia no descartaba la posibilidad de que los jueces de La Haya compartieran esta posición. Por eso el resultado final fue bastante curioso: el cayo se reconoció como tierra colombiana, se le adjudicaron 3.576 kilómetros de mar, pero no fue reconocido como punto para la delimitación de frontera marítima.