De un lado al otro

20 de marzo de 2005

Las autoridades no le creen del todo los trastornos mentales a Guillermo Fino. A pesar de que los diagnósticos siquiátricos coincidían en que eran reales, no lo dejaron permanecer en la clínica y lo regresaron a la cárcel de La Picota. El Inpec designó una comisión de presos para cuidarlo 24 horas al día por turnos. Los improvisados enfermeros hicieron huelga, lo cual hizo que llamaran a un perito de Medicina Legal, quien confirmó la realidad de los trastornos. Fino fue entonces trasladado a la Clínica La Inmaculada, donde permaneció varios días, pero fue llevado hace poco otra vez a La Picota.