Duros y blandos

9 de agosto de 2008

La reforma a la justicia y la para-política han hecho soplar vientos de división en la Corte Suprema en general, y en su sala penal en particular. En cuanto a ésta, el magistrado Alfredo Gómez Quintero lidera el ala dura, que defiende penas más estrictas y se opone más firmemente a la propuesta de reforma del gobierno. Entre tanto, Sigifredo Espinosa, el presidente de esa sala, es la cabeza del ala blanda. En cuanto a la Corte en general, se dice que la sala laboral está dispuesta a acercarse al gobierno y que el presidente, Javier Ricaurte, es el más interesado en normalizar las relaciones con el Ejecutivo. En cambio, la sala más compacta, y la más distante de la Casa de Nariño, es la civil.