El avión presidencial

11 de diciembre de 1980

En los próximos días se llevará a cabo el debate sobre el avión presidencial. El meollo del asunto es el siguiente: el gobierno, consciente de que la compra de un avión presidencial en Colombia siempre generará un escándalo por las comisiones que se pagan, decidió meter al gobierno de Estados Unidos para garantizar transparencia. Este accedió y acabó de intermediario de la venta de un avión que era de una compañía privada. Como el gobierno norteamericano ni produce ni vende aviones tuvo que subcontratar algunos servicios y pagar los gastos y honorarios necesarios para garantizar la calidad del avión. Eso generó un sobrecosto que están denunciando Javier Cáceres y sus asesores. Lo paradójico es que, obsesionado con que hubiera claridad total, el gobierno se inventó un mecanismo con el que terminó pagando más o menos lo mismo que si se hubieran pagado comisiones. La diferencia es que ningún colombiano recibió un peso.