El fenómeno del guiño I

6 de marzo de 2010

Todo el mundo hace cábalas sobre para quién va a ser el guiño presidencial. El propio Álvaro Uribe aseguró recientemente que él no era “un hombre de guiños”. Pero no es por su personalidad que no puede haber tal gesto sino porque la ley le impide apoyar a uno u otro candidato. El artículo 127 de la Constitución prohíbe explícitamente a los funcionarios intervenir en política, “tomar parte en las actividades de los partidos y movimientos y en las controversias políticas”. Por lo tanto no deja de sorprender que algo obligatorio se esté discutiendo como si fuera opcional.