EL NAUFRAGIO

7 de abril de 1986

Después de la rueda de prensa del domingo antepasado, que llegó a ser considerada la antesala de un naufragio, los barquistas pusieron a sus encuestadores a medir la magnitud del daño causado. Para su sorpresa, las encuestas arrojaban un resultado menos desastroso que los comentarios.
Aunque a nivel alto la presentación fue percibida como muy mala, en las bases pasó relativamente inadvertida. A la mayoría de los encuestados les pareció simplemente una entrevista regular que, aunque no les llamó la atención, tampoco cambió su intención de voto.