EL OTRO TRATADO

28 de septiembre de 1987

Uno de los cargos que el Partido Conservador le hizo al gobierno en la sesión secreta del Senado la semana pasada, fue el relacionado con la denuncia que hizo Venezuela, en el año de 1980, del Tratado de arbitraje obligatorio de 1929. Según afirmaciones del senador Rodrigo Marín Bernal, Venezuela entregó la nota de denuncia al Departamento de Estado norteamericano, depositante del instrumento, el 8 de septiembre de 1980, fecha en la que era embajador de Colombia Virgilio Barco. El Departamento de Estado envió copia de la nota a los Estados suscriptores del Tratado, incluyendo a Colombia, pero ésta se extravió en la embajada. Por esta circunstancia no se tuvo conocimiento de la denuncia venezolana sino en agosto de 1981, siendo ministro plenipotenciario Fernando Cepeda Ulloa, cuando ya sólo faltaba un mes para que el Tratado de 1929 quedara sin vigencia, y por consiguiente no pudiera ser invocado por Colombia.
Esta jugada diplomática de Venezuela es reivindicada como uno de los mayores triunfos por el ex canciller venezolano de la época y autor de la estrategia José Alberto Zambrano, en un documento que fue leído por el propio Marín en la sesión del Senado. El que hubiera transcurrido un año sin que Colombia tuviera conocimiento de la denuncia del Tratado, desconocimiento que fue fruto, según Marín Bernal, de una inexplicable indolencia diplomática, impidió que el gobierno pudiera invocarlo como epílogo de las fallidas conversaciones de Caraballeda, y determinó que Colombia hubiera perdido una de las más valiosas armas para hacer valer sus derechos ante la Corte de La Haya.