Francisco I | Foto: Archivo SEMANA

EDICIÓN IMPRESA

El papel de Francisco I

3 de enero de 2015

Cuando Obama hizo su visita de Estado al Vaticano, Francisco I le sugirió que había llegado el momento de dar por terminados los 50 años de enemistad irracional entre Cuba y Estados Unidos. Obama le contestó que para dar comienzo a un proceso en ese sentido los cubanos tendrían que dejar en libertad a Alan Gross, preso en la isla acusado de espionaje. Sorprendido el papa ante esa respuesta concreta, le dejó saber a Raúl Castro la exigencia de Obama. El presidente cubano, a su vez sorprendido, aceptó siempre y cuando el Vaticano fuera partícipe y garante del proceso. Francisco I aceptó y comenzaron una serie de reuniones secretas en las cuales cada vez que había una crisis el papa intervenía.