EL RETIRO DE ARDITO

28 de octubre de 1985

Son tres básicamente los motivos que llevaron al Presidente panameño, Nicolás Ardito Barletta, a renunciar, según pudo establecer SEMANA al cierre de esta edición con fuentes del Parlamento del vecino país. Primero, el hecho de que Ardito, una especie de Roberto Junguito panameño, se hubiera mostrado siempre dispuesto a negociar con el Fondo Monetario Internacional y a aceptar las condiciones de su recetario, había molestado considerablemente a las Fuerzas de Defensa, comandadas por el sucesor del general Omar Torrijos, el general Cesar Augusto Noriega. En segundo lugar, Ardito había manifestado en repetidas oportunidades que deseaba cortar para siempre con la considerable influencia de los militares, y en particular del general Noriega, en el manejo político y económico de los destinos de Panamá. En tercer lugar, la gota que rebosó la copa de los enfrentamientos entre Noriega y Ardito fue el hecho de que el Presidente hubiera manifestado la intención de respaldar una investigacion de las denuncias hechas por la derecha panameña en contra de Noriega, a quien éstas habían acusado de ordenar el asesinato del ex ministro de Salud del gobierno de Torrijos, Hugo Spadafora, quien en 1979 había abandonado su cargo para unirse a las fuerzas sandinistas que combatían a Somoza en Nicaragua y quien años después se unió a Edén Pastora y a sus fuerzas contrarrevolucionarias que combaten desde Costa Rica al régimen sandinista. Spadafora fue asesinado a mediados de septiembre pasado, en Costa Rica.