EDICIÓN IMPRESA

Delfín tranquilo

25 de junio de 2016

Uno de los asistentes al Foro Económico Mundial en Medellín fue Esteban Santos, el hijo del presidente. Cuando llegó la hora de almuerzo cruzó la calle con un grupo de amigos para ir a un restaurante al frente de la sede del evento. Una mujer que estaba afuera lo identificó y comenzó a insultarlo a grito herido con toda clase de groserías. El joven Santos no se inmutó, siguió caminando y simplemente entró con su grupo al restaurante. La mujer lo siguió hasta la mesa y continuó lanzándole al oído las mismas groserías. Esteban finalmente le contestó en un tono calmado y conciliador: “Yo estoy muy orgulloso de lo que mi papá está haciendo por la paz de Colombia. Creo que tanto mis hijos como los suyos van a tener una vida mejor por cuenta de ese esfuerzo”.