La verdadera amenaza
27 de octubre de 2012
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Aunque Iván Márquez en su botafuego en Oslo satanizó a los inversionistas de la Orinoquia, la realidad es que se trata de tierras de mala calidad que requieren inversiones enormes y grandes extensiones para hacer proyectos rentables. Con el tope que existía de 980 hectáreas la región nunca despegó. El gobierno amplió a 10.000 hectáreas este límite y llegaron los grandes capitales. Ahora la Corte tumbó esa modificación y volvió a las 980 hectáreas. El Congreso, por su parte, quiere prohibir la inversión extranjera. Con esto se frenaría el desarrollo de la región y se dejarían de invertir 800 millones de dólares que estaban en proyectos aprobados.