Otro ‘articulito’

23 de abril de 2011

Ahora que hay una obsesión con la necesidad de combatir la corrupción se ha llegado a la conclusión de que uno de los puntos claves requeriría una reforma constitucional. Se trata de la circunscripción nacional para el Senado que se creó en la Constitución de 1991. Ese esquema aumentó dramáticamente el costo de ser elegido, pues los candidatos tratan de buscar votos en todo el país, lo cual en algunos casos cuesta hasta 10.000 millones de pesos. Esto se traduce en que los futuros senadores violan el tope permitido, aceptan dineros de cualquier origen y terminan con compromisos con sus financiadores. Muchos piensan que la circunscripción nacional no ha servido para mucho y que sería mejor volver a la fórmula anterior, en la que los senadores representan a sus departamentos y punto.