Polémica tardía

31 de mayo de 2010

Están surgiendo blogs y grupos en las redes sociales para protestar por el cambio de nombre del aeropuerto El Dorado por el de Luis Carlos Galán. El nuevo nombre ya es una realidad pues la Corte Constitucional rechazó las objeciones presidenciales que invocaban considerables costos y problemas técnicos. El argumento de los contradictores es que ese proyecto de ley presentado por Simón Gaviria y Cecilia López pasó ferrocarrileado sin mayor debate. El martirio de Galán inspira tanto respeto que criticarlo se hubiera visto mal como sería criticar el párkinson de Mockus. Sin embargo ahora, que es un hecho cumplido, muchos consideran que el nombre de El Dorado es un patrimonio nacional, y es un símbolo de la capital comparable con Monserrate. Por otra parte, la actividad aeroportuaria tiene una dimensión internacional para lo cual El Dorado cumplía con los requisitos de reconocimiento y fácil identificación. Y además tenía un valor comercial alto basado en parte en el good will del nombre. Estas reservas han ido adquiriendo fuerza desde que personas tan cercanas a Galán como Daniel Samper Pizano se han atrevido a expresarlas.