Reconocimiento y regalo

4 de diciembre de 2010

La Corte Suprema de Justicia acaba de nombrar en propiedad al presidente encargado durante los últimos 11 meses, Jaime Arrubla. Se trata de un reconocimiento por la forma como manejó la difícil situación del choque de trenes en el último año. A pesar de los bombos y platillos con que fue divulgada la noticia, el homenaje es más simbólico que real, pues el nuevo presidente desempeñará el cargo por menos de un mes. El periodo reglamentario es de un año y por lo tanto se termina en enero. Como las vacaciones judiciales comienzan antes de Navidad, no va a haber tiempo sino para cantar villancicos. El nombramiento, sin embargo, contiene un regalo de Navidad: los presidentes de la Corte Suprema tienen derecho a pasaporte diplomático de por vida.