EDICIÓN IMPRESA

Buen católico

6 de febrero de 2016

Ahora que el presidente Santos ha dado la orden de buscar los restos de Camilo Torres vale la pena traer a cuento un episodio de hace más de medio siglo. En 1962 se casaba una de las mujeres más bellas de Bogotá, Marsha Wilkie, con el economista antioqueño Édgar Gutiérrez. El cura que oficiaba la ceremonia era Camilo Torres, quien era cercano a las familias. Se requería también un monaguillo para ayudar en la misa al sacerdote. Se pensó en un primo hermano de la novia que era buen católico y muy formal. Su nombre: Juan Manuel Santos. El hoy presidente tenía en ese momento 12 años y fue la única vez en su vida que se cruzó con el futuro cura revolucionario.