UN CASO INSOLITO

25 de julio de 1983

El momento cumbre de la reunión fue cuando el ministro Lloreda, para ilustrar los extremos a los que se podía llegar, contó la siguiente anécdota: con motivo de la visita a Colombia del primer ministro de Corea del Sur, la Cancillería ofreció un coctel a la delegación visitante. El Canciller dió instrucciones para que se invitara al embajador colombiano en ese país, refiriendose a Virgilio Olano, quien acababa de renunciar al cargo y se encontraba en Colombia. El encargado de cursar la invitación, creyendo que se trataba del embajador recién nombrado, Norberto Morales Ballesteros, quien ya se encontraba en Seúl, le envió un telegrama a esa ciudad sollcitándole que se presentara a un coctel en Bogotá, de 7 a 9 de la noche, en esa semana. Dicho y hecho. Morales Ballesteros inmediatamente tomo el avión y se vino. Cuando el Ministro desconcertado le preguntó qué estaba haciendo ahí, el embajador esgrimió el telegrama de marras.