EDICIÓN IMPRESA

Vueltas de la vida

24 de enero de 2015

Lo que ha sucedido recientemente en Francia demuestra la volatilidad de las encuestas sobre la popularidad de los presidentes. François Hollande era el mandatario más desprestigiado de Europa con una imagen favorable que se acercaba solo al 15 %. Su izquierdismo radical combinado con sus aventuras románticas en motocicleta lo habían convertido en un objeto de desprecio y ridículo nacional. Sin embargo, tan pronto tuvo lugar la masacre de Charlie Hebdo, sin ni siquiera saber que se trataba de un acto terrorista, llegó casi de primero al lugar de los hechos ante la sorpresa de los periodistas y las cámaras de televisión que llegaban al mismo tiempo. El dolor y la indignación que expresó fueron tan auténticos y convincentes, y el manejo posterior que le dio al asunto fue tan sobrio, que en la última encuesta pasó del 40 %.