¿Y Samuel qué?

Y hablando de los Moreno y de las injusticias que ellos sienten, Samuel tiene una propia. Puede que el suspendido alcalde no sea un gran gerente ni un gran administrador, pero definitivamente no hay mayor hincha del fútbol colombiano que él. Funcionarios y amigos registran que los ojos se le iluminaban cada vez que pensaba cómo su gestión estaba contribuyendo a que Bogotá fuera el orgullo del país cuando llegara el Mundial Sub-20. Y la verdad es que la remodelación de El Campín fue una de las pocas obras de su alcaldía que estuvo a la altura de todas las expectativas. Incluso quienes lo defienden dicen que por concentrarse tanto en esto descuidó lo otro. Samuel no se ha perdido ni un partido. Manejan una gran discreción, llegando diez minutos tarde y saliéndose diez minutos antes del final para no llamar la atención.