Crirsco, por su sigla en inglés, elabora reportes que estiman el potencial minero de un territorio. | Foto: Archivo particular

Pequeña y mediana minería

Conocer las reservas subterráneas: una forma de mejorar la minería

Se espera que para finales de 2017 el país implemente un inventario de los recursos que están bajo tierra para aprovecharlos mejor en la superficie.

11 de agosto de 2017

En Australia, durante la década de los sesenta surgió la inquietud de establecer normativas respecto a la información relacionada con recursos, reservas y proyectos mineros, que permitieran hacer frente a casos de fraudes basados, precisamente, en la falta de certezas.

A Australia no tardaron en sumarse Canadá, Inglaterra, Irlanda y Estados Unidos, que en conjunto crearon el Comité Internacional de Recursos y Reservas –Crirsco, por su sigla en inglés–, que se encarga de determinar una serie de estándares enfocados en la divulgación de reportes que estiman el potencial minero de un territorio. 

Intereses más recientes han hecho que otros países se sumen a Crirsco, como lo señala Edmundo Tulcanaza, representante del comité para América Latina: “A partir del año 2000, tanto gobiernos como inversionistas y comunidades han estado muy interesados en saber con exactitud qué se ha estado consumiendo, qué se está extrayendo”. 

Con miras a la transparencia en la información sobre recursos mineros, a lo largo de los últimos 15 años se han incorporado a esta organización Chile, Brasil, Kazajistán, Rusia y Mongolia. Adicionalmente, se espera que para finales de 2017 se unan India y Colombia.

La vinculación de Colombia está a cargo de la Agencia Nacional de Minería (ANM), liderada por su presidenta, Silvana Habib, quien asegura que “conocer nuestros recursos y reservas le permitirá al Estado controlar las fuentes de materias primas necesarias para el procesamiento de minerales, regular los mercados de capitales, optimizar la gestión, avanzar en el ordenamiento territorial, afianzar la fiscalización y contabilización de dichos recursos, y crear una cadena de valor alrededor de una industria minera enmarcada por la responsabilidad social y ambiental”.

La minería, como actividad industrial, se basa en activos que Tulcanaza describe como “intangibles”, debido al grado de incertidumbre que los rodea. Por eso la estandarización apunta a “determinar los parámetros principales que deben ser reportados de forma transparente y concreta, sin ambigüedades y con respaldo de cada información”. 

En resumidas cuentas, se trata de realizar un inventario de lo que tenemos bajo tierra, para que sea mejor aprovechado en la superficie.