Cada cristal tiene una vibración y beneficio distinto. | Foto: Istock

Industria de valor

El poder sanador de las esmeraldas

En el mundo espiritual, esta piedra transmite paciencia y tranquilidad. Una especialista en sanación energética con cristales describe sus beneficios.

6 de septiembre de 2017

Los cristales han sido utilizados durante milenios para equilibrar y sanar. Sus poderes curativos son generados por su alta vibración y estructura molecular, que está en resonancia con la nuestra y nos lleva a conocernos y a sanar física, mental, espiritual y emocionalmente. Nos ayudan a alinear nuestras energías sutiles, disolviendo las alteraciones y conduciéndonos a la raíz de los problemas o hacia el aprendizaje.

Existe una gran variedad de cristales y cada uno ofrece un beneficio diferente, de acuerdo con su vibración. La esmeralda, específicamente, es un cristal de amor, compasión, sanación y abundancia; es muy importante para trabajar el chakra del corazón y ayuda, en la terapia, a remover bloqueos y miedos, a atraer la paciencia. En las relaciones sentimentales es conocida como la piedra del éxito, pues aporta dicha y lealtad, además de potenciar la unidad, fomentar la amistad y el equilibrio.

Una terapia con cristales tiene como objetivo apoyar nuestro despertar, regresarnos a la conciencia y profundizar en nosotros mismos redescubriéndonos a nuestra realidad, presente y verdad, para sanar y cruzar la puerta que nos conecta con la abundancia, el bienestar y la felicidad.

El primer paso para someterse a este tipo de terapia es realizarse una limpieza energética, acompañada de una relajación profunda. Luego viene el proceso de sanación a través de los cristales, en el que se van colocando diferentes tipos en cada uno de los chackras para que transmitan su vibración al paciente.

Cada cristal vibra de una forma específica en resonancia con cada uno de los chakras, lo que facilita la remoción de bloqueos, la alineación de estos centros de energía y el movimiento de información que se encuentra en nosotros. Este proceso no solo nos brinda elementos o datos maravillosos para nuestro despertar, sino que también nos deja en un estado de paz interior equivalente a una meditación profunda.

En todo este universo, la esmeralda es una piedra de sabiduría: aporta calma en las emociones, elimina la negatividad, ayuda a generar sensaciones positivas, transmite claridad mental, fortalece la memoria y nos amplía la visión global de las situaciones.