Justin Bieber. | Foto: Archivo particular

Cultura

A qué suena la música canadiense

La música del nuevo milenio le pertenece a Canadá, país que se ha coronado en el mundo como dueño y señor del pop en los últimos diez años.

*Alejandro Marín.
2 de julio de 2017

El pop, hijo directo del R&B (rhythm & blues), es una corriente nativa del midwest estadounidense que comenzó cuando algunas comunidades afroamericanas migraron de Nueva York a estados como Michigan en los años veinte. Pero lo que originalmente se destacó como un linaje impecable, nacido en el blues y en la "música racial" interpretada por Marvin Gaye y Smokey Robinson, ha mutado con la ayuda del vecino país a convertirse en una influencia vasta y duradera en la música pop del mundo.

Canadá es el sexto mercado de música en el planeta. Se destaca, además, por haber sido un territorio pionero en el impulso de la partitura como instrumento clave del desarrollo del derecho de autor basado en la composición de canciones. Desde 1605 los canadienses transan y negocian con sus canciones.

A mediados de los noventa aparecieron en Canadá las figuras femeninas más importantes de la era del disco compacto: Shania Twain es, hasta el momento, la cantante que más discos ha vendido en la historia (85 millones). Celine Dion es representante fiel de aquella época de variedades de finales del siglo XIX y comienzos del XX, su canción My Heart Will Go On es quizá una de las canciones de pop de mayor exposición en la historia.

En lo alternativo también los canadienses han gozado de constante éxito. Alanis Morissette tiene uno de los discos más vendidos de la década de los años noventa. Jagged Little Pill ha vendido más de 33 millones de álbumes a la fecha. Sarah McLachlan, baladista también de la era alternativa, es crucial en el desarrollo del talento femenino mundial al haber concebido el primer festival musical de mujeres, ‘Lilith Fair’, en 1997, que agrupó a figuras como Tracy Chapman, Sheryl Crow, Suzanne Vega.

Con la llegada del nuevo milenio y el acceso a la banda ancha aparecieron nuevos artistas que convierten a Canadá en una potencia no solamente musical, sino de la industria de lo cool. El primer gran fenómeno global del nuevo milenio es Justin Bieber: nacido en Youtube y apadrinado por Usher, el ‘Biebs’ se ha reinventado de estrella adolescente a un intérprete de música grabada excepcional. Con su aparición en 2014 en el Ultra Music Festival de Miami dio rienda suelta a una avalancha de éxitos, construidos en su mayoría sobre la base del R&B, pero adaptado a los gustos de una nueva generación cercana a la electrónica.

Con la destreza notoria de los canadienses para grabar canciones, Bieber rompió el récord de los Beatles de permanecer la mayor cantidad de semanas en el top 5 de popularidad en Billboard, (13 semanas). Su participación en Despacito, el éxito de Luis Fonsi y Daddy Yankee, consolida a la canción como una poderosa entrada a la radio anglo con 337 millones de reproducciones en Youtube.

En el urban, la estrella por seguir desde su aparición en 2010 es Drake, quien con discos como Take Care y su más reciente playlist, More Life, le ha dado vida nueva a un mercado que se miraba escépticamente desde la debacle de los discos compactos a manos de lo digital: el de las canciones. El 27 de marzo de este año, More Life ingresó al listado del Hot 100 con 22 canciones. Drake, una estrella de televisión famosa por la serie Degrassi: The Next Generation, es uno de los grandes evangelistas de un hip hop moderno, un compositor prolífico, veloz y audaz, y un gurú del trap y del dancehall en esta década.

Y para cerrar, una historia de un joven como Abel Tesfaye, alias The Weeknd, cuya primera grabación, House Of Balloons, fue propagada por la plataforma Tumblr y convertida rápidamente en uno de los fenómenos virales indiscutibles del nuevo milenio.

Weeknd pasó de ser un artista de mixtapes a convertirse en el intérprete más grande del R&B desde Michael Jackson. Hay que tener en cuenta también que la canción póstuma de Michael Jackson, Love Never Felt so Good, editada en su disco Xscape, de 2014, fue escrita por un canadiense: Paul Anka.

A mitad de diciembre de 2015, siete de diez canciones que sonaban en la radio y que marcaban las tendencias y los grandes números en el pop eran interpretadas por canadienses. Drake, The Weeknd, Justin Bieber, Shawn Mendes y Alessia Cara hacen parte de una presencia poderosa de pop, de hip hop y de R&B, mientras que Disc-Jockeys como Kaytranada giran incansablemente el circuito festivalero y sorprenden con sus habilidades y, sobre todo, una prolífica y casi que fácil forma de producir canciones al ritmo desenfrenado de la tecnología, pero con el cuidado, el aprendizaje y la ósmosis que siglos de cultura en Canadá han podido otorgarles. No es para nada irónico, pero sí un poco simbólico, que el único que haya logrado quitarle el número uno a Adele con Hello haya sido Justin Bieber, y que asumamos, como una coincidencia, de característica ingenuidad y virtud canadienses, que lo haya hecho con una canción llamada Sorry.

*Director de La X.