Santa Marta es una ciudad que ha crecido en gran parte gracias a su puerto y todo lo que por él ingresa. | Foto: Sociedad Portuaria de Santa Marta

Realismo maravilloso

Desembarco en Santa Marta

Al igual que sucede en las grandes ciudades del mundo, el puerto de la capital del Magdalena ha impulsado el crecimiento de la sociedad gracias a la llegada de enormes barcos que traen consigo desarrollo.

27 de junio de 2017

Pensar en Amberes, Marsella, Hamburgo o Róterdam es imaginar sus puertos. Y si son barcos lo que nos llegan a la mente cuando las recordamos es porque estos espacios, habitados por gigantescas naves, se han convertido en motores de desarrollo para la economía local, sus países y regiones.

Santa Marta también forma parte de esta selecta lista. Por años, la ciudad ha crecido alrededor de su puerto que la ha ubicado en la misma vía de desarrollo que estas importantes capitales mundiales. 

Sin embargo, que el puerto de Santa Marta se haya convertido en un escenario fundamental para su crecimiento también se debe a las condiciones únicas de esta urbe que resultan determinantes para la eficiencia de los procesos de ingreso y salida de mercancías.

En primer lugar, la capital del departamento del Magdalena es un foco de turismo de la Región Caribe y gracias a su puerto, ha podido explotar aún más este sector, ya que constantemente arriban cruceros internacionales que dejan importantes ingresos para
Santa Marta.

Según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, en 2016 se presentó un aumento de 77,4 por ciento de viajeros con respecto al año anterior, por cuenta de la llegada de nuevos visitantes a bordo de estos gigantes. Cifras como esta demuestran que la importancia del puerto para la ciudad no solo es mercantil.

Finalmente, los índices de seguridad –menos de 18 asesinatos por cada 100.000 habitantes–, junto al crecimiento de la inversión y los buenos indicadores relacionados con el desarrollo del Magdalena, dan pie para que la industria portuaria siga creciendo sin perder de vista su objetivo de acercar los centros de producción a los consumidores en un tiempo apropiado y a través de un transporte de alta calidad.