El Banco del Sur emitía sus propios billetes que también fueron usados por el Banco López. | Foto: Archivo particular

HISTORIA

Billetes hechos en Pasto

A comienzos del siglo XX se fundó el Banco del Sur, una entidad bancaria independiente que tenía sus propios billetes.

2 de octubre de 2017

A principios del siglo XX, Pasto se encontraba aislada del entorno nacional, inmersa en una economía netamente regional en la que, además, no existía banco alguno. Ante la falta de entidades bancarias, el dinero de actividades similares a las de custodia y ahorro era confiado a casas comerciales de reconocida honorabilidad, a las que los clientes pagaban por guardar sus depósitos. Sin embargo, algunos hacendados no utilizaban este servicio y preferían mantener en barriles forrados en cuero las monedas de plata que circulaban por esa época, lo cual hacía necesario limpiarlas y asolearlas cada cierto tiempo.

Esta situación de inestabilidad económica, sumada al ánimo de algunos empresarios y personajes notables de la época de superar las dificultades y plasmar una guía para las actividades financieras y comerciales, llevó a la fundación del Banco del Sur. Los citados personajes, conocidos como Los Fundadores, fueron Julián Bucheli, Medardo Bucheli, José María Bucheli, Epaminondas Navarrete, Bernardo de la Espriella, Rosendo A. Benavides, Manuel María Rodríguez y Salomón Hurtado.

El 20 de noviembre de 1903 el Ministerio del Tesoro autorizó la fundación del Banco del Sur, con un capital de 500.000 pesos plata o su equivalente en oro. El 8 de agosto de 1905 Los Fundadores suscribieron un contrato con el Banco Central, representado por su gerente Nemesio Camacho, el cual fue aprobado por el Consejo de Ministros el 10 de agosto del mismo año, cuando se le asignó al nuevo banco, entre otras funciones, la facultad de emitir billetes.

El Banco del Sur, sociedad anónima de capital limitado, se registró en la notaría No. 2 del circuito de Pasto, según escritura pública No. 31 del 5 de febrero de 1907, y ese mismo mes la entidad abrió sus puertas. En la escritura se estipulaba también que la sociedad tendría una duración de 20 años prorrogables, y entre sus atribuciones se incluían: “Recibir y prestar dinero a interés, emitir billetes, cheques, libranzas y demás efectos de comercio compatibles con la naturaleza de las instituciones de su género, conforme al Código Mercantil de Colombia; comprar y vender giros y metales preciosos; hacer remesas; descontar documentos; abrir y llevar cuentas corrientes; anticipar dinero; recibir depósitos; ejercer comisiones compatibles con su naturaleza comercial, y verificar los demás negocios, que puedan dejar lucro, a juicio de la Junta Directiva”.

Las actividades del Banco del Sur se desarrollaron con normalidad. En el Juzgado 1º del circuito de Pasto reposan copias de las actas que hacen referencia a las sesiones de la asamblea general de accionistas del 15 de julio de 1908 y del 20 de enero de 1909. El banco contaba también con visitas de verificación de actividades a cargo del Ministerio de Hacienda por intermedio de su delegado, que ostentaba el título de visitador fiscal de Oficinas de Hacienda Nacional.

Foto: Archivo particular

Como el Banco del Sur emitía moneda, es importante resaltar su relación indirecta con el Banco López, fundado en 1919, con operaciones normales hasta el 13 de junio de 1923, que por ser de carácter privado no estaba facultado para emitir sus propios billetes al portador, pero sí podía hacerlo mediante bonos y cédulas hipotecarias. Por tal razón tomó billetes del Banco del Ruiz y del Banco del Sur, los reselló y los puso en circulación como cédulas hipotecarias.

El 23 de julio de 1923, como consecuencia de la iliquidez temporal que sufrió el Banco López debido a la pérdida de la cosecha de café, los productores no pudieron pagar a tiempo sus créditos y se vivió un gran pánico financiero. El gobierno del general Pedro Nel Ospina aceleró entonces la puesta en marcha de una de las recomendaciones de la Misión Kemmerer sobre la reforma administrativa y financiera de Colombia, con la creación de un único emisor, el Banco de la República.