Felipe Martínez, director de la película, eligió la laguna como locación principal. | Foto: Óscar Coral

DESARROLLO

La laguna de La Cocha llega a las salas de cine

En este extraordinario paraje se grabó 'Fortuna Lake', una película colombiana de terror que se exhibirá en diferentes festivales internacionales.

Juan David Montes S.*
2 de octubre de 2017

A cientos de miles de kilómetros de Hollywood está la que según Felipe Martínez es la locación perfecta para una película de terror: la laguna de La Cocha. No lo dice con menosprecio por ese lugar. Todo lo contrario, las mismas características que hacen de su entorno una de las atracciones favoritas de nativos y visitantes encajaron en la búsqueda de un escenario, antes que aterrador, misterioso.

“Es un lugar que yo tenía en la cabeza porque era muy cinematográfico; podía darle ese tipo de ‘look’ que tienen las películas del género que ocurren en medio de cabañas alejadas en el bosque”, dice el director. Fortuna Lake es una producción en la que lo independiente no es un adjetivo de más: su financiación corrió por cuenta del dinero que Martínez y su equipo recolectaron gracias a una campaña llevada a cabo en la plataforma de crowdfunding Kickstarter, donde un avance de casi cuatro minutos fue suficiente para convencer a 88 patrocinadores de alcanzar la meta de 6.000 dólares.

Lo que en un comienzo se proyectó como una cinta con presupuesto limitado no tardó en sumar cada vez más colaboradores en una bola de nieve en la que incluso la población de la zona resultó involucrada: “Los hijos de las personas que nos alquilaron la casa en la que dormimos empezaron a ir al rodaje, así que los pusimos a hacer claqueta –cuenta Martínez–. Nos gustaba que nos vieran trabajar, para sembrarles el gusto por hacer cine en ese lugar, que es un sitio muy bonito para contar historias”.

Con anterioridad, Martínez había invitado a la actriz Estefanía Piñeres a protagonizar la historia. Fue así como Javier Delgado, socio de Piñeres, se ofreció para ser coproductor y con él también se unió Sin Film, una compañía que prestó una cámara profesional y sus servicios de corrección de color; el sonido estuvo a cargo de Kilombo Estudio y hasta la Gobernación de Nariño se vinculó con el préstamo de un juego adicional de luces. Sin embargo, una de las principales bondades de La Cocha como escenario es su iluminación natural, recuerda Martínez: “Estudiamos mucho el sitio, sabíamos a qué hora salía el sol, dónde pegaba mejor para hacer las tomas. Hicimos el plan de rodaje teniendo en cuenta a qué hora la luz estaba tal y como la necesitábamos”.

Escenario, protagonista y colaboradora

Martínez insiste en que la laguna pareció haber respaldado cada detalle del rodaje. Si para alguna escena específica resultaba más conveniente que el ambiente luciera nublado, las nubes no tardaban en bajar, “o si me imaginaba una toma como si estuviera lloviendo, de repente llovía”, dice. No obstante, la fotogenia de esta laguna ha sido aprovechada en pocas ocasiones por los cineastas: entre las contadas excepciones, Martínez recuerda La Sirga, de William Vega. Aun así, bastó con publicar el tráiler de Fortuna Lake en internet para que quien hubiera estado allí la reconociera.

En una de las escenas también sobresale otro ícono pastuso, el más famoso de todos: el Carnaval de Negros y Blancos. Las fechas de grabación coincidieron con la festividad, que fue integrada dentro de la trama: “Hicimos tomas de las máscaras y de las comparsas. Son parte de un sueño recurrente que tiene la protagonista”, explica el director. Durante el carnaval, el equipo hizo todo lo posible por finalizar sus labores con rapidez para guardar las cámaras y luego integrarse a la celebración.

Y aunque para cualquier nariñense sea evidente el lugar que sirve como telón de fondo, Martínez puntualiza que la película sucede en un sitio ficticio que lleva el mismo nombre de la obra. Por lo tanto, el hecho de que la película sea de terror no implica que genere referencias negativas hacia la región.

Fortuna Lake ya se encuentra en fase de posproducción. Fue enviada a festivales de cine especializados en su género como el de Sitges, en Cataluña; Screamfest, en Los Ángeles, y una de las divisiones de Sundance. La idea es que la película haga parte de la selección de estos festivales para después ser promocionada en los teatros de Colombia y otros países. Por supuesto, una función especial en Pasto está entre los planes de Martínez.

*Coordinador editorial de Especiales Regionales de SEMANA.