Como un cuerpo humano trabaja el puerto de Cartagena. | Foto: Héctor Rico

DESARROLLO

Anatomía de un puerto

Como cualquier ser viviente, la bahía de Cartagena tiene anatomía propia. Así funcionan sus órganos más importantes.

Paula Cubillos Meza*
11 de septiembre de 2017

El cuerpo humano trabaja gracias a las funciones que desempeñan todas sus partes; es un sistema de intercomunicación donde cualquier pequeña acción es indispensable. No resulta extraño que su funcionamiento se compare con el de muchas empresas. Bajo esa lógica, por ejemplo, operan los puertos.

Su alimento llega en forma de contenedores, las grúas los desembarcan en el estómago y luego se reubican en tractomulas. Como postre, algunos pueden degustar los cruceros cargados de turistas que aportan a la economía local. En las oficinas, semejantes a las neuronas, todas las labores administrativas se llevan a cabo.

En el caso del Puerto de Cartagena, hablamos de un adulto sano cuya historia clínica comienza con los galeones mercantes de 1533 y continúa hoy con los megabarcos que recorren los mares hasta llegar a la bahía. Siempre ha contado con ventajas como la ubicación y el clima, cada año se somete a distintas cirugías para la mejora de su tecnología e infraestructura.

Como residente de hospital, tuve la oportunidad de ver esto al visitar la Sociedad Portuaria y Contecar. Allí los médicos de planta dieron diferentes charlas sobre el funcionamiento del puerto, la temporada de cruceros y los planes de desarrollo social.

También se hizo un recorrido por las instalaciones, y pude ver varias partes del cuerpo en acción junto al personal que trabaja como las células para garantizar la rapidez y eficiencia de sus procesos. Una visita así deja un buen diagnóstico: el puerto goza de una salud que le permite posicionarse como el quinto más importante de América Latina. Sin embargo, la industria portuaria aún debe lidiar con ciertas enfermedades, como el olvido de los cartageneros. En la época colonial, los muelles eran un espacio de comercio e interacción social. Al privatizarse el puerto, parece que también lo hizo el interés, y esta deficiencia de vitaminas es un gran obstáculo.

Afuera también hay virus, como las limitaciones en el transporte multimodal que frenan el crecimiento de los puertos en Colombia. Es una condición que aún no ha podido ser tratada con los mejores antibióticos.

El cerebro que guía al puerto tiene claro que es un proceso largo, y por eso los intentos por mejorar son interminables. El Puerto de Cartagena es símbolo de innovación y superación, y aunque aún existen dificultades, las defensas de este megacuerpo son más grandes que cualquier afección.

*Estudiante de la Universidad de Cartagena.

Noticias Destacadas