Durante la época de confinamiento muchos empresarios hoteleros hicieron mantenimiento de la infraestructura.
Durante la época de confinamiento muchos empresarios hoteleros hicieron mantenimiento de la infraestructura. | Foto: Cortesía Hotel Prado de Barranquilla

Turismo

Las expectativas de los hoteleros del Caribe para este fin de año

Hablamos con los gerentes de varios hoteles de cinco departamentos de la región. Revelaron la dura realidad del sector. Casi todos coinciden en que tendrán una ocupación del 30 por ciento en esta temporada.

29 de noviembre de 2020

Por Esteban Dávila*

El sector turístico ha sido uno de los más golpeados por la pandemia. Sus efectos se han sentido de gran manera en la Región Caribe, donde el turismo es uno de los principales motores económicos. Tan solo en Atlántico, Bolívar y Magdalena, esta industria dejó de percibir cerca de 1,3 billones de pesos, según las estimaciones de Cotelco. La mala temporada significó la pérdida de numerosos empleos y el cierre de varios establecimientos, pero aún no se conocen las cifras exactas.

Por eso diciembre y enero serán meses fundamentales para mejorar, al menos un poco, el balance del año. Durante la época de confinamiento muchos empresarios hoteleros hicieron mantenimiento de la infraestructura, fortalecieron los canales digitales y adecuaron sus protocolos e instalaciones de acuerdo con las nuevas normas de bioseguridad. Varios, incluso, buscaron certificaciones para darles tranquilidad a los viajeros que poco a poco han comenzado a regresar.

La reactivación del sector, sin embargo, marcha lentamente, según los testimonios de varios gerentes de hoteles en cinco departamentos de la región. Los niveles de ocupación rondan tan solo el 30 por ciento. Pero esta realidad no los desanima. Por el contrario, sienten un optimismo moderado frente a la próxima temporada vacacional y esperan que contribuya a aliviar un poco las finanzas.

Incertidumbre en el Atlántico

Marbel Ruiz, directora ejecutiva del capítulo de Cotelco para este departamento, cuenta que a pesar de que cuatro hoteles se mantuvieron abiertos, las pérdidas durante el cierre ascendieron a 204.000 millones de pesos. Las expectativas son apenas discretas para lo que resta del año y el inicio del próximo, pues para esta industria son fundamentales los ingresos de los eventos corporativos, el carnaval –que no se celebrará– y los partidos de la Selección Colombia.

Fanny Andrade, directora comercial del Hotel Dann Carlton de Barranquilla dice que aprovecharon este tiempo para realizar mantenimientos y adecuaciones. Este fue el primer hotel de la ciudad en cumplir los protocolos de bioseguridad, al emplear una máquina de rayos UV, la única de La Arenosa, para desinfectar todas las áreas públicas. No obstante, afirma, “hay mucha incertidumbre, esperamos que la ocupación para este final de año sea de entre el 20 y el 30 por ciento”.

Alexánder Bayona, gerente general del Hotel El Prado, también habla de una reactivación lenta, a pesar de que la propiedad –que es patrimonio arquitectónico de la Nación– se convirtió en la sede de Miss Universo Colombia. “En el cierre nos dedicamos a las restauraciones, adaptamos todos nuestros sistemas de baños públicos con sensores y establecimos un proceso de desinfección por nebulización que toma 12 horas por habitación; se lleva a cabo cada vez que un huésped hace ‘check out’”. Sin embargo, cree que esperar una ocupación del 30 por ciento es “una aspiración muy alta”.

Optimismo en Bolívar

La situación de la capital bolivarense es bastante particular. Si bien la industria cayó 68 por ciento, de acuerdo con Cotelco Cartagena, los hoteleros de La Heroica se toman la reapertura con disciplina y con un optimismo superior al de la agremiación, que habla de una ocupación del 25 por ciento para fin de año.

Raúl Bustamante, gerente general del Hotel InterContinental, explica que la cadena comenzó a prepararse para la pandemia desde enero y, solo en Cartagena, han invertido unos 60 millones de pesos en adecuaciones como comandos de voz para los elevadores y sistemas de desinfección por nebulización. Con estos, y tres auditorías de la cadena a nivel internacional, dos de ARL y dos de Cotelco, está seguro de que el hotel tendrá una ocupación del 35 por ciento. En otro segmento, la cabeza de Selina para Colombia, Sebastien Pradairol, cuenta que lograron mantenerse a flote al cerrar uno de los dos edificios que tienen en la ciudad amurallada y usando el segundo para albergar extranjeros atrapados, lanzar planes de coliving y obtener la certificación internacional de bioseguridad de la firma Suiza SGS.

Con la reapertura están retomando el proceso de instalación de sensores para que los huéspedes puedan controlar ascensores, puertas y hasta las cuentas del restaurante por medio de brazaletes, alternativas que habían pensado aun antes de la obligada cuarentena. “Con la temporada de huracanes, las playas cerradas y el mercado internacional a la baja, estaré contento si logro un 30 por ciento de ocupación”, concluye.

Buena ocupación en La Guajira

Para los guajiros, la pandemia no pudo escoger un peor momento. “Llegó justo cuando el departamento em - pezaba a despegar y los colombianos lo veían como un referente turístico”, reflexiona Ángel Correa, gerente general del Hotel Waya Guajira, uno de los más grandes de la región. El problema, agrega, es que la infraestructura todavía no es muy robusta.

Se estima que, tan solo en Riohacha, entre un 10 y un 20 por ciento de los alojamientos cerraron sus puertas definitivamente. No obstante, las autoridades ven la reactivación y la temporada de fin de año con un optimismo elevado. Andrés Romero, director de turismo de la capital guajira, estima una ocupación del 70 por ciento en diciembre y enero.

Correa, por su parte, apunta a que si bien los ingresos del hotel cayeron 60 por ciento, la situación habría podido ser peor de no haber lanzado un servicio de domicilios para el municipio de Albania. Para esta nueva etapa tienen validados protocolos con las entidades estatales y la auditora SGS. “Capacitamos en bioseguridad a las comunidades wayúu, wiwa, afro y guajira, e instalamos sensores en todos los baños”. Hoy tienen un nivel de reservas equivalente al 80 por ciento de ocupación para diciembre y enero.

Altas expectativas en Magdalena

Debido al cierre del Parque Tayrona y de Ciudad Perdida, la caída en los ingresos turísticos en el departamento fue del 93 por ciento, así lo explicó el presidente de Cotelco Magdalena, Omar García. Esta situación provocó la pérdida de 1.472 empleos, un 53 por ciento de los aportados por el segmento de alojamiento; y obligó el cierre definitivo del 3,3 por ciento de los establecimientos.

Sin embargo, tanto el gremio como los hoteles mantienen altas expectativas. Por ejemplo, Juan Ignacio Vives, representante legal del Hotel Boutique Don Pepe, asegura que espera una ocupación del 55 por ciento, 5 puntos más que lo previsto por la asociación. “Estamos confiados en que habrá una mejoría, ya tenemos las primeras reservas para fin de año y vamos a certificar nuestros protocolos con el Bureau Veritas, para transmitirles más seguridad a los huéspedes”.

Mientras tanto, las grandes cadenas como Hoteles Estelar, quieren más. El gerente del hotel en Santa Marta, Francisco Coronado, asegura que octubre tuvo niveles de ocupación del 50 por ciento y espera el mismo comportamiento para noviembre y diciembre, con un pico del 80 por ciento en las semanas de fin de año y del puente de reyes. ¿La clave? “Ser estrictos con los protocolos, incluso si el cliente se enoja y contar con la certificación Safe Guard, del Bureau Veritas”.

Diversas realidades en Valledupar

En Cesar, dice Dora Pérez, presidenta de Cotelco para el departamento, se vivió una “recesión sin precedentes, que dejó unas pérdidas de más de 1.000 millones de pesos”. Si se compara el comportamiento del sector en el mes de octubre de 2019 y 2020 se notará una caída del 400 por ciento. Además, el 80 por ciento de los empleados de esta industria han perdido sus empleos. Ante esta situación, la ejecutiva prevé un fin de año lento para los hoteles más grandes, con ocupaciones de 15 y 20 por ciento.

El panorama parece distinto para los alojamientos boutique. Josefina Castro, gerente del Hotel Rosalía, comenta que, si bien abrió con una ocupación baja a inicios de noviembre, tras una renovación profunda del lugar espera tener una ocupación cercana al 60 por ciento “que, de todas maneras, consideramos baja”, para fin de año. A esto aportarán servicios como el check-in y check-out virtuales, a través del sitio web del hospedaje y nuevos paquetes de ofertas que están en fase de diseño.

*Periodista.