Conaltura ha entregado más de 18.000 viviendas en Medellín, el oriente y occidente de Antioquia. | Foto: Cortesía Conaltura

ECONOMÍA

Viviendas en medio de la naturaleza que no dañan el entorno

Compañías como Conaltura desarrollan proyectos sostenibles que están transfromando la manera de construir.

25 de noviembre de 2017

El sector de la construcción ha contribuido al desarrollo de Colombia como ninguno, pero es innegable su impacto en el medioambiente y las comunidades. En sintonía con esta realidad y los efectos palpables del cambio climático, los directivos de Conaltura, una empresa paisa con más de 27 años de experiencia en el sector, transformaron su manera de hacer las cosas. “Determinamos que debemos ser responsables y que era nuestra obligación replantear los procesos para aminorar la huella que genera la construcción”, advierte Carlos Mario Gaviria, gerente general de la compañía.

En un comienzo, Conaltura construía para el sector industrial. Sin embargo, por cuenta de la desaceleración de la economía entre 1997 y 1998, la compañía hizo un direccionamiento estratégico y se enfocó en el área de la vivienda. A partir de entonces ha entregado más de 18.000 viviendas, principalmente en Medellín y en el oriente y occidente antioqueños. Desde hace dos años desarrolla proyectos en Barranquilla, Bogotá y su Área Metropolitana.

Desde 2013 los proyectos de Conaltura se enfocan en la sostenibilidad. Foto: Cortesía Conaltura.

Pero fue hace cinco años cuando sus directivos pusieron como objetivo misionario de la empresa el desarrollo de viviendas sostenibles en todas sus etapas. En la planeación, los expertos de Conaltura consideran todo el entorno, sus condiciones bioclimáticas y la disposición de los recursos naturales. En diseño, estructuran el proyecto conjugando calidad, confort y eficiencia, por lo que sus edificaciones tienen un menor consumo de servicios públicos gracias a la disposición de ventanas más grandes que permiten una mayor luminosidad, entre otros factores. “El objetivo es conseguir que el consumo disminuya entre el 30 y el 40 por ciento”, explica el gerente.

En la fase de construcción no se utilizan productos que atenten contra el medioambiente y se priorizan elementos reciclados, siempre con los más altos estándares de calidad. Al final, la comercialización va acompañada de una etapa de socialización. “Porque de nada nos sirve todo este esfuerzo si quienes llegan a habitar el territorio no lo cuidan”, sostiene Gaviria. Estas prácticas le merecieron a Conaltura la certificación internacional EDGE (Excellence in Design for Greater Eficiencies), otorgada por la International Finance Corporation (IFC), y está en proceso de obtener la certificación LEED (Leadership in Energy & Environmental Design) del Consejo Mundial de Construcción Sostenible.

Para Carlos Mario Gaviria estos reconocimientos demuestran el compromiso de Conaltura, “a través del cual cada uno de nuestros proyectos contribuye a la construcción de un medioambiente y urbanismo que privilegien al ser humano en todos sus espacios de convivencia”.

Vivir en libertad

Su más reciente proyecto es VerdeVivo: tres urbanizaciones localizadas en el municipio de Itagüí en un área de cuatro hectáreas que llevaba más de 30 años en abandono. En estas tierras se logró consolidar un ecosistema y por sus condiciones, incluso, existió una propuesta para hacer un jardín botánico. Al descubrir este paraíso la compañía redujo la zona de ocupación de su obra y la dejó por debajo del 12 por ciento del área total.

Luego de tres años de estar protegiendo el bosque arrancó finalmente la construcción del proyecto que será entregado a finales de 2017. Por cuenta de esa amplia zona verde ha cautivado a muchos compradores que coinciden con la filosofía y el propósito de Conaltura, en relación con los entornos naturales y la calidad de vida.

La propietaria de uno de los apartamentos, Beatriz Elena García, asegura que para su familia los espacios en los cuales se interactúa con la naturaleza son necesarios y beneficiosos. “Cuando conocimos el proyecto VerdeVivo sentimos las sensaciones de paz, tranquilidad, oxígeno y naturaleza que andábamos buscando”.