Este retrato fue hecho por el fotógrafo León Ruiz en 1980. Foto: Cortesía del Museo de Arte Moderno de Medellín.

CULTURA

La extraordinaria mujer que sale en el billete de $2.000

Débora Arango es la creadora de una verdadera revolución en la escena del arte nacional. Su rostro está hoy en el bolsillo de todos los colombianos. Lea su historia.

16 de diciembre de 2017

*Por Johansson Cruz Lopera

Ana María paga el pasaje del bus que la lleva de su casa a la universidad con un billete de 2.000 pesos. Dos cuadras más adelante un señor, que lleva un sobre tamaño carta en la mano, paga con un billete de 10.000. El conductor del bus le devuelve al pasajero cuatro billetes azules de 2.000 (entre ellos va el que le dio Ana). El pasajero del sobre verifica el cambio y mete el dinero en su bolsillo. Se sienta y observa Medellín desde la ventana del vehículo.

Poco después Ana María se baja en la universidad. El señor del sobre apoya su cabeza contra el vidrio y está a punto de dormirse. Ninguno de los dos sabe que la señora sonriente que aparece en el nuevo billete azul de 2.000 pesos es la más importante y polémica pintora de Colombia: Débora Arango.

¡Quebrar los vidrios!

Nació en Medellín, en 1907. Su infancia y adolescencia transcurrieron entre la finca de su hermana Carina, en La Estrella, donde se refugió para curarse del paludismo que casi la mata, y el Colegio María Auxiliadora, donde descubrió su talento y realizó sus primeras pinturas, motivada por su maestra, la monja italiana María Ravaccia. Varias de sus obras más famosas y escandalosas para la época, nacieron de esos años: Anselma, Las monjas y el cardenal y Levitación.

El primer modelo de la pintora fue un personaje temido en el centro de Medellín, lo apodaban Guineo. Ese retrato llamó la atención de sus padres que, convencidos por María Ravaccia, le habían permitido dedicarse a la pintura y la costura mientras se hacía adulta. El cuadro causó cierto revuelo. Se había expuesto en una vitrina del tradicional pasaje de Junín y el mismísimo Guineo lo hizo bajar con la amenaza de quebrar los vidrios del local porque estaba cansado de tantos comentarios.

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Débora recibió clases de Eladio Vélez, con él aprendió el rigor del oficio. Por él conoció a Luz Hernández, la primera modelo de los desnudos que causaron un gran alboroto en este país mojigato; porque no solo se atrevía a pintarlos, ¡también a exponerlos!

Más adelante aprendió a hacer murales de la mano de Pedro Nel Gómez, y de ambos maestros se separó a tiempo para emprender su propio camino artístico. Un camino en el que el cuerpo humano fue una constante: “Un desnudo no es sino la naturaleza sin disfraces. La vida, con toda su fuerza admirable”, decía Débora para presentar sus pinturas.

En su primera exposición, en el Club Unión, la invitaron a retirar sus cuadros por el moralismo de la época. Contestó: “El arte nada tiene que ver con la moral”, y así recogió sus palabras el periódico El Diario, en su edición del 20 de noviembre de 1939. Desde aquel día, Débora quedaría marcada como una creadora rebelde y señalada por un sector de la sociedad.

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La muerte de Gaitán tocó profundamente a la artista, que por ese entonces ya residía con su familia en Casablanca, una finca en Envigado donde vivió más de 20 años. Este hecho marcó el rumbo temático de sus pinturas: reflejaron el horror de la guerra y así lo expresó en su obra Masacre del 9 de abril.

Débora recibió importantes reconocimientos por sus pinturas, por ser pionera y no dejarse intimidar de aquellos que quisieron desterrar sus desnudos de las exposiciones, por sus cuadros sobre la guerra, la pobreza y la injusticia. En 1984 realizó por primera vez una exposición retrospectiva en el Museo de Arte Moderno de Medellín con 205 de sus obras y desde entonces, este centro cultural se ha convertido en el cuidador de todas sus creaciones.

La revolucionaria

Desde 2016 circula en el país el nuevo billete de 2.000 pesos con el rostro de la artista. Según el Banco de la República, se trata de la creadora de una verdadera revolución en la escena del arte nacional. Muy pronto comenzará la construcción en Envigado de la Escuela de Arte Metropolitano Débora Arango, como reconocimiento póstumo a una de las mujeres más importantes del siglo XX en el país.

*Periodista.