El río Medellín Aburrá es el eje de este valle y su Área Metropolitana. Foto: Istock

MEDIOAMBIENTE

Las arterias del río Medellín

El rescate de este río debe comenzar en las aguas que lo nutren. Eso pretende el Plan Quebradas, que ya se está implementando en 19 afluentes.

27 de octubre de 2017

El río Medellín fluye desde Caldas hasta Barbosa y en su camino atraviesa los ocho municipios restantes del Valle de Aburrá. Es un punto de referencia para los habitantes de la región y uno de los temas obligados en la agenda ambiental de cualquier administración local.

Sin embargo, desde tiempos atrás, la sociedad le ha dado la espalda al río, a sus quebradas y sus afluentes, encargados de conducir el agua desde las montañas hasta su cauce. Las cuencas de muchas de estas corrientes están deforestadas, su curso ha sido desviado para irrigar cultivos y algunas comunidades se han asentado cerca de ellas, lo que ha afectado el delicado ecosistema en el que se encuentran.

Tras identificar esta problemática, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá creó el Plan Quebradas, una iniciativa integral que busca la recuperación ambiental de 19 quebradas afluentes del río Medellín, como La Madera, en Bello; La López, en Barbosa; El Salado, en Girardota y La Picacha, en la capital antioqueña. Trabaja con la premisa de que si las quebradas que lo originan están protegidas, por extensión el río también lo estará.

El programa nació en 2016 con el fin de poner en marcha acciones que impacten positivamente a esta gran fuente hídrica de Antioquia. Y lo ejecuta el convenio Nuestro Río, conformado por el Área, la Alcaldía de Medellín, Cornare, Corantioquia, EPM y Metroplús.

En el caso del Plan Quebradas, Nuestro Río se encarga de identificar las áreas críticas en cada afluente, las intervenciones por realizar con mayor urgencia y los actores que podrían estar interesados en contribuir.

El Área Metropolitana ha contactado las administraciones municipales para revisar los Planes de Ordenamiento Territorial de cada una y el recorrido de todos los afluentes, para determinar qué acciones se deben realizar en cada uno.

Adicionalmente, el plan ha logrado una docena de alianzas estratégicas con empresas como Coltejer y Postobón, que ‘apadrinan’ las quebradas y destinan recursos para sanearlas, protegerlas, conservarlas y reforestarlas, y para sensibilizar a las comunidades que conviven con ellas.