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‘Sin lugar para los débiles’, basada en un libro de Corman McCarthy, es gran candidata para llevarse el Oscar como mejor película

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Adivina, adivinador...

El Oscar cumple ocho décadas en el negocio del cine. Y qué mejor manera de celebrarlo que en una velada cargada de suspenso e incertidumbre. Ricardo Silva, comentarista de cine de SEMANA, se arriesga a señalar los ganadores de 2008.

16 de febrero de 2008

El premio Oscar va a estar cuando no estemos. El premio Oscar vuelve todos los años a la misma hora, como el dios de una inofensiva fiesta pagana, listo a probar que el cine sigue en buenas manos. La Academia de Artes y Ciencias de Hollywood, que lo entrega desde hace 80 años, lo sabe de memoria: su llegada recuerda que las películas son ya una tradición cultural igual que la pintura, los libros o la música; celebra a una industria que en verdad es como un circo de extranjeros que, a pesar de las miradas mezquinas, ha logrado sentirse bienvenido en Estados Unidos; y consigue vender, consigue hacer rentables aquellas películas "de prestigio" que los estudios de Hollywood han mirado de reojo desde la famosa Edad de Oro, pero que comenzaron a hallar un público y a ser un verdadero negocio (con la aparición de gente como Spike Lee, Jim Jarmusch o los hermanos Coen) desde mediados de los años 80.

El domingo que viene, domingo 24 de febrero de 2008, la ceremonia de entrega será también (ya que esta vez no hay, a la vista, ningún premio "por toda una obra") un reconocimiento a aquellos guionistas valientes que se declararon en huelga desde los últimos meses del año pasado. Y será, de paso, como lo ha sido siempre, una oportunidad para asomarse al estado de los Estados Unidos. El presentador del espectáculo, el comediante Jon Stewart, tendrá que vérselas con temas complejos como la documentada guerra de Irak, las reñidas elecciones presidenciales, la honda crisis económica y la incapacidad de las grandes empresas a la hora de compartir, con las personas que en verdad tienen las ideas, algo de los millones de dólares que producen por semana. Tendrá, como respaldo, el espíritu crítico, combativo, progresista, de las cinco nominadas a la mejor película: Michael Clayton lo apoyará a la hora de quejarse de las corporaciones; Petróleo sangriento, Juno, y Expiación, deseo y pecado estarán con él cuando denuncien el peligroso encuentro del puritanismo con el capitalismo; y Sin lugar para los débiles, de los Coen, le servirá de referente cuando quiera probar que Norteamérica es otro pueblo abandonado.

El premio Oscar va a ser, de nuevo, todo un espectáculo. No parecía en un principio, no. Este parecía, más bien, un año soso. Pero la calidad de los nominados, la situación del mundo y las circunstancias de la industria prometen transformarlo en un evento cargado de suspenso. Que irá de la tontería al discurso envalentonado. Del negocio al cine. De la banalidad a la gravedad de las cosas. Y se ganará al más cínico, si el más cínico es sincero, porque (así lo ha hecho desde hace 80 años) tendrá la bondad de presentarnos buenas películas pase lo que pase.

Lo más probable es que estos sean los ganadores de esa noche. La buena noticia es que casi todos son, al tiempo, los mejores.

Mejor actor principal
Daniel Day-Lewis, por Petróleo sangriento

¿Por qué va a ganar? Porque se lo quedaron debiendo en 2003 por interpretar, en la estupenda Pandillas de Nueva York, a otro monstruo autodestructivo que habla a punta de gritos, y porque no hay, entre las de este año, una actuación que le haga sombra a la de este gran artista que ya han reconocido en 11 ceremonias durante la presente temporada de premios. Los otros nominados: George Clooney, por Michael Clayton; Johnny Depp, por Sweeney Todd; Tommy Lee Jones, por In the Valley of Elah, y Vigo Mortensen, por Promesas del este. Quién puede dañarlo todo: ninguno: cuesta esta vez, incluso, acordarse de cuáles son los otros cuatro nominados. En un mundo justo: John Cusack recibiría alguna nominación alguna vez y Tom Hanks habría sido reconocido por su trabajo en la importante Charlie Wilson's War.



Mejor actriz principal
Julie Christie, por Lejos de ella

¿Por qué va a ganar? Porque si el espíritu del año es "premiemos a aquellos que han hecho siempre lo que les ha dado la gana", la primera en la lista, entre todas las actrices de cine de estos últimos 50 años, ha sido, sin duda, Julie Christie: la intérprete inglesa, estrella de Darling, Doctor Zhivago y Una luz en el corazón, ganó su primer y último Óscar en 1965, pero los críticos, los sindicatos y las asociaciones han estado entregándole este premio a "la mejor actriz" desde el comienzo de diciembre. Las otras nominadas: Cate Blanchett, por Elizabeth: la edad de oro; Marion Cotillard, por La vida en rosa; Laura Linney, por The Savages, y Ellen Page, por Juno. Quién puede dañarlo todo: la actuación de Cotillard es un milagro. En un mundo justo: el trabajo de Angelina Jolie en Todo corazón haría parte del grupo.


Mejor director
Joel y Ethan Coen, por Sin lugar para los débiles

¿Por qué van a ganar? Porque ya es hora. Los valientes hermanos Coen, genios comprendidos entre los críticos, precursores del cine independiente norteamericano, autores de clásicos recientes como Simplemente sangre, De paseo con la muerte y Fargo, cumplen 25 años de filmar dramas irónicos sobre la América profunda. Los otros nominados: Paul Thomas Anderson, por Petróleo sangriento; Tony Gilroy, por Michael Clayton; Jason Reitman, por Juno, y Julian Schnabel, por La escafandra y la mariposa. Quién puede dañarlo todo: quizá pueda ser un obstáculo el pintor Schnabel, el mismo de Antes que anochezca, que ganó este mismo premio en Cannes y en los Globos de oro. En un mundo justo: el gran director de Expiación, deseo y pecado, Joe Wright, aparecería por alguna parte.


Mejor película
Sin lugar para los débiles


¿Por qué va a ganar? Después de ser reconocida como la número uno del año por 10 importantes asociaciones de críticos de Estados Unidos, todo un récord en este período de reconocimientos, la estremecedora obra de los hermanos Coen ganó los premios a la mejor película del año que conceden los sindicatos de los escritores, los directores, los productores y los actores de Hollywood. Las otras nominadas: Expiación, deseo y pecado; Juno; Michael Clayton, y Petróleo Sangriento. Quién puede dañarlo todo: Juno no sólo es la favorita del crítico Roger Ebert (cuya opinión suele influir en los resultados), sino que es la más taquillera de las cinco nominadas. En un mundo justo: Zodíaco le quitaría el premio de la noche a Superbad.

Otros premios

Mejor guión original: Juno, la "pequeña pero valiente película" que suele aparecer cada año entre las nominadas, puede obtener este reconocimiento a cambio de su silencio en el resto de la ceremonia. Mejor guión adaptado: Sin lugar para los débiles, una traducción del mundo de Cormac McCarthy al universo extraño de los Coen, derrotará a cuatro durísimos rivales. Mejor película animada: Ratatouille le ganará, a fuerza de popularidad, a la celebrada adaptación del cómic Persépolis. Mejor película extranjera: las favoritas de todos, la rumana 4 meses, 3 semanas y 2 días; la española El orfanato, y la francesa Persépolis, no están nominadas: así que Katyn, del maestro ruso Andrzej Wajda, sobre la masacre de las tropas rusas en Polonia, parece ser la más opcionada. Documental: Sin final a la vista, de Charles Ferguson, ataca la presencia de Estados Unidos en Irak, pero anda por ahí, ni más ni menos, el documental de Michael Moore sobre la crisis estadounidense de las organizaciones de salud: Sicko.



Mejor actor de reparto
 Javier Bardem, por Sin lugar para los débiles

¿Por qué va a ganar? Porque ya ha sido recibido por el cine norteamericano, porque el suyo es el papel más vistoso del año y porque en esta temporada de reconocimientos, es lo único que le queda por ganar. Los otros nominados: Cassey Affleck, por El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford; Philip Seymour Hoffman, por Charlie Wilson's War; Hal Holbrook, por Into the Wild, y Tom Wilkinson, por Michael Clayton. Quién puede dañarlo todo: los viejos actores, como Hal Holbrook, suelen recibir este premio como un reconocimiento por la larga duración de sus carreras. En un mundo justo: Paul Dano es el otro monstruo (en todos los sentidos) que se traga Petróleo sangriento: resulta memorable su interpretación del falso profeta que se encuentra a medio camino entra la locura y la astucia.

Mejor actriz de reparto
Cate Blanchet, por I'm not there


¿Por qué va a ganar? Cada año tiene que ganar alguien que imite a alguien, y esta imitadora, que es, quizá, la mejor actriz del cine de estos años, se ha llevado en la temporada actual casi todos los premios a la intérprete de reparto (entre esos el Globo de Oro) por encarnar al andrógeno Bob Dylan de los 60. Las otras nominadas: Ruby Dee, por Gánster americano; Salirse Ronan, por Expiación, deseo y pecado; Amy Ryan, por Desapareció una noche; Tilda Swinton, por Michael Clayton. Quién puede dañarlo todo: Ruby Dee acaba de llevarse, sorpresivamente, el premio del sindicato de los actores. En un mundo justo: Marisa Tomei representaría, en esta categoría, el gran regreso del maestro Sidney Lumet por Before the Devil Knows You're Dead.