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AGUITA AMARILLA

"LA epopeya del bebedor de agua", la última novela de John Irving.

26 de junio de 1989

Fred "Bogus" Trumper nació el dos de marzo de 1912 en uno de los hospitales de Portsmouth, en New Hampshire. Se graduó en la academia de Exeter, se aficionó a las películas alemanas y las revistas clandestinas de poesía, practicó el salto con pértiga y la lucha libre. Con calificaciones mediocres y sin entusiasmo para nada, pasó sucesivamente por las universidades de Pittsburg, New Hampshire y Viena, regresó a la de New Hampshire, luego lo aceptaron en la de Iowa y obtuvo un crédito académico para investigar en Austria sobre un tema sensacional: que los cuentos tradicionales y baladas dialectales de Salzburgo y el Tirol descendían, a través de un primitivo movimiento tribal germánico septentrional, del antiguo nórdico bajo. Mientras adelantaba esa investigación conoció,y embarazó, a una esquiadora norteamericana, de enormes senos y muy fornida, llamada Sue "Biggie" Kuntf, hija de un alemán. Se casaron sin poder ocultar el estado de la novia. Regresó a Austria, descubrió que ya no quería a la mujer y renunció al tema de la tesis que estaba escribiendo. Y siguen más aventuras.
Este personaje solitario, cómico, abandonado y desastroso es el protagonista de una novela, "La epopeya del bebedor de agua", escrita por el narrador norteamericano John Irving. Es su segundo libro y ya había aparecido originalmente en 1972, pero sólo ahora es editado en castellano por Tusquets después del éxito de sus tres grandes libros: "El mundo según Garp", " Hotel New Hampshire" y "Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra", al lado de una obra menor, "Doble pareja" .
Pocos escritores tienen desarrollado un sentido tan profundo del humor negro, el sarcasmo y la mirada cómplice hacia sus personajes como Irving, quien a los 17 años está considerado no sólo uno de los más populares autores (sus libros han sido llevados al cine por realizadores coma George Roy Hill y Tony Richardson), sino también uno de los mayores conocedores de ese nivel de la conciencia media norteamericana donde la ambición, el sexo, los celos, la infidelidad, la acumulación de bienes materiales, la soledad misma, el alcohol y el erotismo son los elementos principales.
" La epopeya del bebedor de agua" es un libro alegre, divertido, esperpéntico, donde lo imaginario es capaz de desplazar a lo real y tangible, donde el protagonista sabe hasta donde llegan sus facultades mentales y se siente limitado por todos esos conflictos físicos y síquicos, que lo irán devorando en medio de las burlas de sus mujeres y amigos. Leyendo esta historia uno encuentra las raíces de su libros posteriores, se topa con esas situaciones ridículas tan bien descritas que uno se asombra con el ritmo y la estructura que Irving es capaz de imprimirle, aun a las escenas más cotidianas, como el despertarse por la mañana y descubrir, a pocos centímetros de su cara, la mole de la mujer que respira como una ballena o su encuentro con el urólogo. Ahí se entiende que, 16 años atrás, un autor que apenas estaba iniciando su carrera se preocupara más por el impacto que podía causar en el lector eventual, que por el acabado mismo del texto.
Y por eso, se sienten zonas inseguras y vacías, el ritmo se estanca, el personaje se enreda en sus propias aventuras y el lector, que se divierte con frecuencia, termina preguntándose qué busca realmenre Irving con esa serie de cartas enviadas por Trumper a sus acreedores, explicándoles que no tiene trabajo y que está enviándoles unos pocos dólares para cancelar viejas facturas.
Cuando le preguntan a Irving por qué sus personajes son excéntricos, por qué adoptan conductas que van contra la corriente (su nuevo libro, "Una oración por Owen Meany" ha sido atacado por eso, por ser demasiado agresivo y excéntrico), sonríe y dice:
"En el fondo de nosotros hay un payaso, un provocador, alguien que quiere romper todas las reglas, que quiere acabar con todos los elementos sagrados que encuentre a su paso, y por eso muchachas lesbianas llevan trajes de gorilas y tienen osos, y por eso nacen bebés del encuentro ocasional y único de una saludable mujer con un moribundo en su cama de hospital, y por eso hay terroristas que quieren poner bombas, y si eso no es lo que los lectores mismos, en su interior, siempre habían querido hacer es porque la diversión y el humor negro ya no existen en el mundo. Quizás la gente timorata se asuste un poco con mis planteamientos pero es mi manera de decirles que la vida gris que soportan tiene que cambiar aunque sea estallando sus costuras; quizás se impresionen con esta pirotecnia verbal que algunos críticos no soportan pero un buen libro es eso, una rajadura de la vida normal, una fisura de un universo que está cansado de seguir siendo el mismo".
Habría que preguntarse hasta dónde Trumper, este antihéroe fracasado que adora el sexo pero sufre de eyaculaciones dolorosas, sabe lo que está ocurriéndole y por qué las cosas comienzan a torcerse desde el mismo momento en que abre los ojos por la mañana y siente la tibieza cercana de los descomunales senos de la esquiadora.