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Al natural

La obra reciente de Ana María Rueda surge de la armonía de tierra, agua, aire y fuego.

22 de julio de 1991

LA NATURALEZA se ha pintado desde muchos ángulos, Las hojas secas del otoño han motivado grandes poemas llevados al lienzo Los primeros copos de nieve de cada invierno han inspirado paisajes de un blanco profundo.La naturaleza se ha retratado con fidelidad, se ha aproximado a formas geométricas e, incluso, se ha convertido en trazos abstractos que no se identifican a primera vista.
También ha sido la naturaleza un símbolo, como lo es en la obra reciente de Ana María Rueda que se expone por estos días en la Galería Garcés Velásquez, de Bogotá. Su flora es un símbolo de vida, Un símbolo que, por fortuna -al no tratarse de un retrato fielel espectador puede acomodar a sus sentimientos. Puede procesar el motivo pictórico para sonar Para descubrir, por ejemplo, un aparente mensaje de esperanza en esos retonos que empiezan a desafiar el ambiente .Era eso lo que quería la artista.? Ella, sencillamente, se inspiró en la naturaleza y la filtró a su medida, de acuerdo con sus preocupaciones, para plasmar un motivo que le permitiera al publico continuar el proceso de creación Es un arte que se contrapone al emprendido en otras épocas con fines meramente decorativos o recreativos
Ana María Rueda ha tomado a propósito la naturaleza, por constituir un lenguaje universal que puede llegar directo al espíritu. Un lenguaje que no tiene connotaciones sociales, ni de crítica, ni de ironía La flora surge, en su obra, de la unión armónica de los contrarios. De ahí que esté marcada por los cuatro elementos que dan origen a la vida: aire, tierra, agua y fuego, Al fin y al cabo también el hombre se mueve, crece, se desarrolla entre fuerzas contrarias que debe aprender a manejar. Porque si bien el agua y el fuego parecen tan distantes, pueden coincidir para lograr frutos resplandecientes.
El manejo del color es sorprendente. A partir de tonos tierra (en la mayoría de los casos), la artista logra diversas gamas que refuerzan la tensión de los contrarios. Cada elemento dispone a su alrededor de esas