Home

Cultura

Artículo

Alerta máxima

15 de febrero de 1993

ALERTA MAXIMA
Steven Seagal se convierte en el prototipo del héroe estadounidense de los 90.
EN LA DECADA pasada, el héroe todo poderoso insignia de los Estados Unidos -respondía al nombre de Silvester Stallone. Hoy el temerario Rambo ha pasado a la historia. En su reemplazo el cine ha erigido la figura no menos atlética de Steven Seagal, un ejemplar hecho casi por computador: experto en artes marciales, frío e implacable ante sus enemigos, héroe de guerra condecorado con honores por su pais, supremo conocedor de toda clase de armamento y medios de transporte militares.
Si el público lo nota muy parecido al anterior, vale decir que Seagal supera a Rambo por ser veterano no sólo de Vietnam, sino también de Panamá y la Guerra del Golfo. Seagal representa el espíritu de la patria del Tío Sam. Es el ejemplo de lo que el mundo debe saber sobre la superpotencia del norte: que conoce todas las maniobras de sus enemigos, que actúa frente a ellos demanera enérgica y tajante y que es capaz de resistir el ataque del mundo entero y además salir victorioso.
Ese es el mensaje de la película Alerta máxima-del director Andrew Davis-, cuya historia se basa en la defensa del acorazado Missouri ante su secuestro por parte de un grupo de ladrones de armas nucleares. Pero el mensaje no sólo está implicito en ella, sino en todas las realizaciones de Seagal, en las que también suelen ser típicos otros dos elementos: la perfección del héroe, en la medida en que no comete ningún error; y la seguridad para el espectador de que es imposible que el protagonista fracase. En este sentido, la película no pasa de ser un liberador de tensiones y de fantasias personales. Lo malo es la estrategia alienante utilizada por el director insulsa en su argumento para vender un prototipo de hombre que raya en el ridículo.

Los caprichos de Julia
DESDE SU PARTICIPACION COMO Campanita en la cinta de Steven Spielberg Hook, del trabajo cinematográfieo de Julia Roberts no se sabía mayor cosa.
Lo cierto es que había estado laborando en silencio en dos producciones, una con Alan Pakula en el filme The Pelican Briefy otra con Edward Zwiek en Shakespeare in Love, cuando se presentó un enfrentamiento eon los productores de este último proyeeto.
La Roberts había aceptado el papel de Anna Hathaway, quien fuera la mujer de William Shakespeare, con la condición de que pudiera escoger a su compañero de equipo, quien protagonizaría al inmortal Shakespeare. Después de elegir a Daniel Day-Lewis, conocido por su reciente actuación en El último mohicano, a mitad de camino los productores decidieron reemplazarlo por un actor talentoso pero desconocido, con el ánimo de lograr el impacto deseado.
Ahora resulta que Julia Roberts se niega a participar en la película con un actor que no conozca, lo cual puede representar también la salida de ella del proyecto.

El Hombre de California
De la edad de piedra a la edad del rock.
LA IMAGINACION de los realizadores norteamericanos para producir comedias juveniles parece no tener límites. Después de la excelente aventura de Bill y Ted y Lobo quinceañero, entre otra gran cantidad de ejemplos, la última invención corre por cuenta de Les Mayfield y George Zaloom, quienes hacen su debut como director y productor, respectivamente, en El hombre de California.
La comedia intenta su poner las reacciones de un cavernícola si despertara en pleno final del siglo XX en Estados Unidos. En medio de las excavaciones preliminares de la construcción de una piscina en el patio de su casa, dos jóvenes de California se topan con una gigantesca masa de hielo, en cuyo interior se halla congelado un hombre de la edad de piedra.
El nuevo nacimiento del cavernícola y su proceso de asimilación de la cultura norteamericana hacen la trama. Pero, como suele suceder en este tipo de películas, el problema planteado no lleva su curso normal sino que se ve resuelto de la forma más sencilla posible, para darle paso a una gran variedad de situaciones burlescas y superficiales.
La ligereza de la historia aumenta con la mala actuación de los protagonistas -Sean Astin, Brendan Fraser (el cavernicola) y Pauly Shore, para quienes la interpretación parece no ser otra cosa que exagerar los gestos faciales.

CURSO EN EL MAM
EL MUSEO de Arte Moderno, de Bogotá, tiene abiertas las inscripciones para sus tradicionales cursos semestrales de análisis e interpretación de cine, dictados por Hernando Martínez Pardo.
Para el primer semestre del 93, el MAM tiene preparada una variada selección de géneros y películas europeas, norteamericanas y latinoamericanas que se presentarán los sábados en la mañana en desarrollo del curso.
Entre ellas se encuentran: 9 semanas y media, de Adrian Lyne; Confidencialmentetu ya, de Francois Truffaut; Habitación con vista, de James Ivory; Ese oscuro objeto del deseo, de Luis Buñuel; La ley del monte, de Vicente Fernández; Crímenes de pasión, de Ken Russell; La naranja mecánica, de Stanley Kubrick, y La bala da de Gregorio Cortez, de Robert Young.