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ALGO MAS QUE "ALAS DE MARIPOSA"

Brasilera de nacimiento, caleña por adopción, María Thereza Negreiros presenta 20 años entre paletas y pinceles.

12 de julio de 1982

Veinte años de la actividad artística de María Thereza Negreiros están representados en la retrospectiva que se exhibe, desde el 26 de mayo, en la sala de exposiciones de la Cámara de Comercio de Cali.
Desde que se radicó en Colombia, la artista brasilera no ha dejado de ser inconforme. No se ha contentado con los logros de sus experimentaciones que la han mantenido en la vanguardia del arte colombiano, tanto por lo que sus imágenes expresan, como por los materiales que utiliza, sino que vive en una constante búsqueda, en una contínua indagación.
El recorrido por toda la obra de María Thereza Negreiros, desde sus primeros óleos, "Alas de Mariposa" hasta sus últimas pinturas de la "Serie Amazónica", se realiza en forma placentera y coherente, gracias a la impecable disposición de la muestra, lograda con la asesoría de Peter Eggen.
Del impresionante colorido y movimiento de "Alas de Mariposa", "Magia de Montaña", inspirada en los Andes y "Girasoles" llegamos a su primera tentativa del relieve en "Génesis", donde la artista sacrifica el color por la materia, incluyendo áreas y piedras en su conformación. Y es que dentro de su trayectoria, a María Thereza Negreiros le fueron insuficientes las dos dimensiones tradicionales de la pintura y tuvo que recurrir, para lograr su ambición expresiva, a esa tercera dimensión, prácticamente escultórica que le imprime fuerza y originalidad a sus trabajos.
En la serie denominada "Batalla de Hierros y Hombres" adiciona el metal y, poco después, en "Los Angeles" suma a la forma la figuración, aumentando el contraste de los colores, con predominio del blanco porcelanizado. La idea de los "Angeles" se fue gestando a partir de una experimentación denominada "Las Tres Solteronas", que se puede considerar como un paréntesis dentro de su proceso artístico. De los "Angeles" pasa la artista a un relieve más pronunciado utilizando por primera vez, la fibra de vidrio como material de base. Surgen así, las "Mujeres en la Escalera Rodante" y a partir de 1971, María Thereza Negreiros comienza a investigar con la ayuda de la fotografía; pero, ya no se preocupa por la figura completa sino por fragmentos de la misma: dientes, bocas, carcajadas en placas fotográficas, que dejan de ser ayudas investigativas para convertirse en la obra misma. Este material, tan real, adquiere un carácter casi mágico cuando es mostrado al público, a través de lentes de diferente construcción. La utilización de la fotografía culmina en la gran serie de ojos, llamada "Multitud", montados sobre cubos, cajas y móviles de diversos tamaños y colores, que con ayuda de la óptica producen en el espectador una sensación de enigma y claridad, de alucinación y realidad.
Por último, llegamos a la "Serie Amazónica", que marca un rompimiento con el anterior trabajo de la artista. Vuelve al óleo, "material noble por excelencia", como ella lo define. Ese reencuentro con el Amazonas, su tierra natal, se dio hace algunos meses y plasmó las vivencias de ese mundo primitivo y fuerte en sus lienzos, surgiendo así la "Serie Amazónica" con sus grupos (esteros), sus ríos y quemas.
Para María Thereza Negreiros el color forma parte de su personalidad. Cuenta que en una entrevista, el poeta Gonzalo Arango le preguntó de qué color era la soledad y ese entonces fue blanca pero hoy es verde, profundamente verde como las selvas del Amazonas. La serie pictórica es consecuencia de su percepción de ese mundo que ella describe: El Amazonas hay que conocerlo. Hay que,sufrir ese sol que sientes que te va a rajar por el medio a las doce del día. Vivir esa naturaleza que de pronto es tranquila y luego se transforma, volviéndose agresiva. Naturaleza cambiante, tan similar a la del ser humano". Tan similar a la de María Thereza Negreiros y que ella expresa fielmente en su "Serie Amazónica".
Pero el testimonio del lienzo no es suficiente para ella y no alcanza a conmover a muchas personas, como es su deseo. Por eso el grabador caleño Pedro Alcántara está realizando la primera serigrafía de la serie: El Igapo No. 1, que estará terminada en poco tiempo. Otro proyecto, a corto plazo, es el de llevar estas obras a la tercera dimensión "pero no en la forma tradicional". Dentro de dos meses María Thereza Negreiros participará, representando al Brasil por primera vez en la Bienal de México, evento que reúne a artistas que trabajan con la naturaleza. Y para esta mujer investigadora de la forma evolutiva plástica, la naturaleza fue siempre una obsesión". "Siempre he sostenido que lo telúrico está en mi sangre" según sus palabras. Ese impulso y carácter telúrico, como ella misma lo llama ha sido tal vez el producto de su experiencia vital. Nacida cerca del río Apoquitaua, en un pueblo del estado del Amazonas, después de 30 años de vivir en Colombia conserva un marcado y delicioso acento portugués. Caleña por adopción ha estado vinculada en forma activa a la vida cultural de la ciudad. Formó con otros pintores el grupo "El Taller", participó en la creación de los Festivales de Arte y de la Bienal Latinoamericana de Artes Gráficas.
En cuanto a sus exposiciones sobrepasan las cuarenta. Ha participado en dos ocasiones en la Bienal de Córdoba Argentina. Esta muestra no solamente cierra veinte años de la carrera de esta estupenda e innovadora artista, sino que es también un reflejo de su carácter, personalidad y sensaciones. Veinte años de una artista seria, de una trabajadora infatigable, de una creadora independiente, apasionada de la búsqueda y enamorada de la técnica. Pero María Thereza Negreiros no se contenta con esto: seguirá creando más recursos que le permitan transmitir todos los elementos que le depara la naturaleza.