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AMASANDO ARTE

La dinastía Botero tambien produce una bióloga dedicada a una escultura artesanal

6 de julio de 1987

Anna María Botero es una ceramista bogotana que ni anda al paso de los caballitos de Ráquira ni al de las señoras cuyo hobby matinal se cuece académicamente una o dos veces por semana. La primera impresión que de ella da su obra "Lares", expuesta durante un mes en el Museo de Arte Moderno de Bogotá, es que se trata de una arquitecta que utiliza el barro como medio plástico para la recuperación antropológica de diferentes expresiones espaciales. Pero tampoco. Anna María Botero es una bióloga graduada y con experiencia en ese campo, que decidió cualquier dia irse a Inglaterra a estudiar historia del arte y que lo que en resumidas hizo fue estudiar cerámica. Su aprendizaje continuó en Mexico, en el taller de Hugo Velásquez, luego en el Japón, en el taller de Shoyi, para regresar nuevamente a México y radicar, en Tepoztlán, su trabajo e instrucción como ceramista.

Tradicionaknente la escultura ha sido desarrollada a partir de materiales duros como el bronce, el hierro, la piedra y el mármol. La cerámica ha sido tomada como algo más artesanal y perecedero, utilizada generalmente para objetos de uso que se integran a la vida y al espacio cotidiano del hombre. Sin embargo, el trabajo de Anna María Botero concilia estos dos aspectos: su obra es una escultura artesanal. A partir del cuerpo cerámico, una mezcla a cuya base, la tierra, se le agregan elementos fundentes y elementos refractarios que a altas temperaturas producen un material duro que, al igual que los utilizados tradicionalmente, soporta el paso del tiempo y las vicisitudes climáticas. Y no es que Anna María Botero se haya alejado de su trabajo en vajillas, vasijas y, en general, de eso que se denomina cerámica liviana, sino que la idea de la escultura la cogió con las manos en la masa: "Yo quería hacer algo muy humano. Es muy difícil superar a Da Vinci o a Miguel Angel además de que sería pretencioso. Siempre he tenido mucho contacto con la arquitectura la cual condiciona la vida de la gente pues el espacio tiene mucho que ver con el ánimo y, en este sentido, tiene un carácter muy humano. Entonces inicié este trabajo muy cercano a la realidad. Luego he evolucionado a intenciones más personales, con inspiración ".

Pero esta forma, este concepto de la escultura, no resulta tan inofensiva como casitas para pesebre. Para muchos arquitectos es un lugar común que no responde a las reglas espaciales y de diseño, por ejemplo. Por otro lado, para muchos escultores y artistas resulta ser un arte menor que no plasma los modelos estéticos o conceptuales. Para otros menos especializados, la obra de Anna María Botero de los mismos Botero del consagrado Fernando, es sorpresiva en tanto escultura pues su material, la cerámica, es algo familiar que tradicionalmente no se presenta como ese arte de la magnificencia, de grandes estatuas o cosas por el estilo. Sin embargo, la obra está expuesta como escultura: "Algunos artistas andan furiosos conmigo. Mi segunda exposición individual es en un museo. Estoy, en esta oportunidad, en el Museo de Arte Moderno porque soy la única que hago cerámica no utilitaria y tengo una propuesta unificada: la arquitectura es mi propuesta y, como tal, es una propuesta y un arte nuevo.

Esta exposición de Anna María Botero, que hace parte de una obra mayor que incluye ciudades modernas, pueblos en lagunas, y otras variaciones sobre el tema de la arquitectura, lo que en resumidas deja es una mirada y un quehacer nuevo a partir de la cerámica y la puerta abierta a nuevas expresiones artísticas que no teman a "embarrarla".
-Poly Martínez --