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Amnesia

Una película contada de atrás para adelante sobre un hombre que sólo quiere vengar la muerte de su esposa.

Ricardo Silva
20 de mayo de 2002

Director: Christopher Nolan
Protagonistas: Guy Pearce, Carrie-Anne Moss, Joe Pantoliano, Stephen Tobolowsky, Mark Boone Junior

El asesino es Leonard Shelby, un hombre decente que se ha dedicado por completo a vengar la muerte de su esposa y que, desde la imagen de aquel horrible ‘accidente’, sufre una extraña enfermedad que sólo le permite recordar, todo el tiempo, los últimos 15 minutos de su vida. El asesino es Shelby, sí, pero eso se sabe desde la primera escena de Amnesia, porque a Christopher Nolan, el director de esta ingeniosa película, no le interesa la historia policíaca que vemos sino la tragedia de fondo que intuimos, la pesadilla de ese ser alienado por su propia memoria, obsesionado con el fantasma del verdugo de su esposa y convencido de que “ella merece venganza así yo jamás pueda recordar ese momento”.

El título original de la producción, Memento, se refiere a las fotografías instantáneas, las notas y los dolorosos tatuajes que Shelby se hace por todo el cuerpo para retener todos sus recuerdos —eso significa ’memento’: un souvenir del pasado— y que utiliza para superar el obstáculo de su memoria y encontrar al asesino de su esposa, pero esas no son las únicas ayudas con las que cuenta el personaje: el pasado de una mesera, Natalie, la energía de un hampón de tercera, Teddy, y la vida de un oscuro oficinista, Sammy, tendrán que servirle para llegar a la verdad.

Amnesia empieza por el final, avanza hacia atrás como si pusiéramos rewind en un reproductor de video y, cuando está a punto de terminar, llega hasta la primera escena. El apasionante recurso, que los espectadores disfrutan un poco menos que el autor, a la larga resulta más necesario de lo que parecería para abrirle paso al drama: la verdad es que si se narrara cronológicamente no sentiríamos compasión, no saldríamos discutiendo del teatro y no, por ningún motivo, entenderíamos la angustia de ese hombre.

No es, claro, un recurso novedoso —para poner los primeros ejemplos que vienen a la cabeza, Alejo Carpentier escribió Viaje a la semilla de atrás para adelante para subrayar la decadencia de un militar y los guionistas de Seinfeld escribieron un memorable capítulo ‘en reversa’ para revisar la inmadurez de sus personajes—, pero Nolan, el director, lo maneja con tanta convicción y sentido del humor, y Guy Pearce, el actor principal, asume con tal valentía la compleja condición del protagonista, que pronto se descubre que es inútil resistirse a la opresiva atmósfera del relato.

Amnesia será el tema de conversación de las próximas semanas. Merece serlo. Su inmejorable guión, escrito por Nolan a partir de un cuento de su hermano, Jonathan, ganó 14 premios internacionales y les recuerda a los profesionales del cine que aún es posible escapar a los tres actos de Hollywood y que todas las historias encuentran su propia forma para ser contadas. Lo mejor es que esta vez nadie podrá decir, por fin, que una reseña le dañó el final de la película.