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El maestro Rafael Puyana es uno de los grandes intérpretes de los teclados de la era barroca. También se ha dedicado a estudiar las técnicas de ejecución de las partituras anteriores al siglo XVIII

MÚSICA

Banquete musical ibérico

En la célebre colección de instrumentos de la Villa Medici-Giulini, Rafael Puyana recorre la música española y portuguesa de los siglos XVI al XVIII.

2 de febrero de 2008

­Ningún músico colombiano ha conseguido llegar a donde lo ha hecho Rafael Puyana y muchísimo menos mantenerse en la cumbre durante tantas décadas. Ninguno ha sido reconocido con idéntico entusiasmo por el público de Europa y Estados Unidos y ser, además, profeta en su tierra: cuando el Maestro toca en Colombia, de antemano se sabe la entusiasta respuesta del público.

Su carrera revela una longevidad asombrosa en la cresta de la ola, gracias a un inteligente y discreto manejo de sus apariciones y de la realización muy mesurada de registros discográficos: ni tanto que queme al santo ni tan poco que no lo alumbre. Aparece cuando tiene algo importante que decir.

En los últimos años ha crecido, aun más, su interés por la investigación de la música española para instrumentos de tecla y ocurre lo propio en el campo de los instrumentos: cuál es, técnicamente hablando, el instrumento más idóneo para este o aquel compositor, y cuál, tímbricamente, se aproxima más al ideal de cada partitura.

Como investigador le debe el mundo el renacimiento de compositores olvidados desde los tiempos del emperador Carlos V. Como coleccionista de instrumentos ha trazado rumbos en los criterios de fidelidad en la restauración; de hecho, posee el único clave de tres teclados que ha llegado a nuestros días, firmado por Hieronymus Albrecht Hass.

Intérprete genial, experto instrumentalista e incansable investigador, se ha encontrado con la colección de instrumentos de la Villa Medici-Giulini en Italia, propiedad de Fernanda Giulini, escrupulosamente restaurada por Ferdinando Granziera. La estudia, la trabaja y toma la decisión de realizar en ella su más reciente trabajo para el sello Sanctus.

Son dos discos de música española del período que va del siglo XVI al XVIII: del renacimiento al estilo galante bajo el título Músicas soleadas de la Europa Meridional. Cabría añadir: la música que acompañó la corte española desde la llegada de los Habsburgos hasta la consolidación de los Borbones, con breves incursiones al mundo musical de Portugal.

Logra una vez más lo que siempre se ha dicho de él: profundidad, justo sentido de la libertad en el momento de ornamentar y el sentido rítmico que le ha dado a su interpretación una rúbrica inconfundible. Transmite lo que ya se sabe. Que toca por amor a la música.



THE MUSICAL SUN OF SOUTHERN EUROPE Volúmenes I y II

Rafael Puyana

SanCtuS

El primer disco cubre desde Antonio de Cabezón (1510-1563) que estuvo al servicio de Carlos V y luego de Felipe II; el compositor que en 1551 acompañó al futuro Felipe II a Inglaterra para contraer matrimonio con María Tudor: varios musicólogos reconocen su influencia en la obra de los virginalistas ingleses.

El repertorio, a través de obras que provienen del Huerto ameno de varias flores de música los lleva inexorablemente a Domenico Scarlatti (1685-1757), figura cumbre de la música para teclado de todos los tiempos, con el planteamiento de una hipótesis trascendental: es verdad que el italiano revolucionó la música española, pero no lo es menos que en España "su alma termina por hispanizarse y su producción conoce una metamorfosis artística comparable a la de El Greco".

Obras de dos de los más destacados discípulos de Scarlatti, Sebastián Tomás y José Ferrer, son el colofón de una selección interpretada en un virginal rectangular de Baptista Carenonus (Salò, 1700), en un clave español de Andrés Fernández Santos (Valladolid, 1728) y la gran novedad: una octavina o espineta trapezoidal de Rinaldo Bertoni (Bologna, 1707) de sonido agudo y cristalino que Puyana utiliza para revivir la antigua tradición "Madre e hijo": instala la espineta sobre el virginal para interpretarla simultáneamente, con un resultado que bien justifica el título del disco por los destellos de luz del contraste instrumental.

El segundo disco aborda un tema muy poco trabajado, el siglo XVIII español. Se nos da otra faceta del intérprete investigador al revelar lo pronto que España acogió la gran novedad instrumental de la época, el pianoforte, y nos ilustra cómo a mediados del siglo en Sevilla se construían ("fuertepianos"),como dicen los españoles.

Musicalmente hablando, desfilan las cortes dieciochescas, desde la de Felipe V, el primer Borbón en España, y su mujer Isabel Farnesio, quien trajo a Madrid los primeros pianofortes de Giovanni Ferrini, discípulo de Cristofori, a quien se atribuye la invención del instrumento, hasta llegar a la corte de Carlos IV y María Luisa de Parma, tiempos de Goya, cuando se empezó a revelar la influencia de Haydn y de Mozart.

Félix Máximo López (1742-1821) autor del Minué afandangado con seis variaciones, es el primer compositor de esta grabación, que tras permitirnos disfrutar obras de Eguiguren (1743-¿), Anglés (1730-1816) y Gallés (1761-1836), con una breve incursión en la música portuguesa (Antonio Portugal y Sousa Carvalho), cierra este capítulo de la música peninsular con el aragonés Ramón Ferreñac (1763-1832).

Los instrumentos: dos pianofortes de Johann Schantz (1762-1728), el gran pianoforte de Antón Walter (1790-1795) y un clave de Andrés Fernández Santos.