Bauza ya no sopla

EN 1926, CUANDO Mario Bauza tenía tan solo 15 años, ya era considerado un genio musical. Tocaba clarinete en la Orquesta Filarmónica de La Habana y había participado en algunos conciertos bajo la batuta del director Leopoldo Stokowski. Pero, como siempre ocurre en estos casos, el mundo musical en la isla era ciertamente limitado y Bauza se vio obligado a emigrar en 1930 a Nueva York.
Allí trabajó con pequeños grupos cubanos, pasando luego a formar parte de varias orquestas de Big band, tales como Chick Webbs, Noble Sissle, Don Redman y la famosa de Cab Calloway. Cuando eran unos desconocidos, Bauza dio a conocer a Ella Fitzgerald y a Dizzie Gillespie.
En 1941, Bauza se unió como arreglista a la orquesta de su cuñado Machito. Fue entonces cuando comenzó a experimentar con el jazz.
Después de la Segunda Guerra Mundial apareció una nueva forma de tocar música, llamada bop, y ambos hacieron arreglos con ese estilo. Al discjockey Fred Robbins le gustó el trabajo e invitó a la orquesta de Machito a que alternara en un concierto con Stan Kenton, en el Town Hall de Nueva York, el 24 de enero de 1947. En ese concierto conocieron al productor Norman Granz, quien estaba interesado en la fusión del jazz con los ritmos afrocubanos, y los invitó a una grabación con las estrellas del bop, Charlie Parker y Flip Phillips. Para la sesión, Bauza compuso la primera canción de jazz latino, "Tanga", y se grabaron, además, las ya legendarias "Mango Mangue", "Okidoque", "No noise", y la "Suite Afrocubana". Esa síntesis rítmica, sin embargo, fue conocida como Cubop y aún hoy está considerada una gran revolución en la música popular. Desde entonces, Bauza y Machito se dedicaron a popularizar el jazz latino por todo el mundo. Hoy, las grabaciones que hicieron son míticas en la música popular, y habría que citar entre ellas "Sopa de Pichón", grabada en 1941 y la pieza clásica de jazz "Fantasía Cubana", de 1962. Machito murió en 1982 y Bauza el pasado 11 de julio de cáncer en el colon.