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Bogotá en 20 años: ¿realidad o ciudad de renders?

La exposición 'Bogotá proyecta futuro' se inauguró el pasado miércoles 20 de septiembre. La idea es mostrar a la ciudad del futuro en su cumpleaños número 500. ¿Qué tan difícil es cumplir esos sueños?

22 de septiembre de 2017

Dos terceras partes de Bogotá tienen orígenes como barrios o asentamientos informales, “ilegales o piratas, como le quieran llamar”, dice el historiador Fabio Zambrano. Esto quiere decir que para la capital de Colombia la planeación urbana ha sido uno de los retos más grandes a los que se ha tenido que enfrentar desde que su tasa de crecimiento anual llegó al 7%.

El miércoles 20 de septiembre se inauguró en el Museo de Bogotá una curiosa exposición: Bogotá proyecta futuro, una muestra evidentemente diseñada por el equipo distrital de secretarios y en cabeza del alcalde Enrique Peñalosa.

La idea sería abrir la ventana a los ciudadanos para que puedan ver la ciudad del futuro: cuando Bogotá cumpla 500 años de fundada en el año 2038. Pero en una ciudad que ha tenido que ver obras que se quedan en renders, ¿qué tan cierto es lo que hay en esta exposición?

En el discurso inaugural, Peñalosa no desaprovechó el momento para decir que “todo suena muy fácil cuando uno ya lo ha hecho: como recuperar San Victorino, peatonalizar la avenida Jiménez, tumbar El Cartucho y construir el parque Tercer Milenio…”, dijo el alcalde.

Una de las propuestas que más llama la atención es uno en el cual “La Avenida de las Américas, una arteria de tráfico de 100 metros de ancho, será reestructurada para incluir un parque lineal. Este proyecto es una pieza importante de la transformación de la zona industrial cercana a barrios de uso mixto”, dice en el texto.

El arquitecto y urbanista de la Universidad Nacional Fernando Viviescas es la persona detrás de este proyecto “se trataba de recuperar la zona industrial para configurar un ámbito de innovación, desarrollo tecnológico y científico. Lo hicimos en la Nacional y siempre consideramos la Avenida de las Américas”, dice el arquitecto, y continúa diciendo: “porque es recuperar un hueco negro que es un centro urbanístico de Bogotá que en este momento está condenado porque no se puede caminar, ni nada”.

Viviescas plantea que hasta el 2038 es el límite para que este parque lineal sea realidad, y aún se está a tiempo, pero no se atreve a establecer costos y tiempo de construcción.

Debido a ese 7% de crecimiento demográfico anual el historiador Fabio Zambrano, profesor del Instituto de Etudios Urbanos y autor del libro Bogotá 450 años: Retos y realidades, concluye que se rebasan las posibilidades de control que pueda tener el Estado.

“Buena parte de ese crecimiento es revisado por el dueño de la tierra, los hacendados que tienen tierras cerca a Bogotá el Estado establece una iniciativa con el Instituto de Crédito Terirtorial, el Banco Central Hipotecario y la Caja de Vivienda Popular del Distrito. Eso no es suficiente para la oferta por parte de estas, pues es una oferta de vivienda pequeña frente a la cantidad de vivienda demandada por la migración tan alta de la ciudad”, dice Zambrano.

Al respecto Viviescas afirma que en el proyecto de innovación urbanística que contempla la Avenida de las Américas habría vivienda para 13 mil personas, un bosque ciudadano y el rescate de los ríos San francisco y Fucha para sembrar 10.000 árboles. “Lo entregamos a la Secretaría de Planeación Distrital, Secretaría de Desarrollo Económico y a la Secretaría de Hacienda en diciembre de 2015 la administración de Petro no hizo nada con eso y la de Peñalosa tampoco”.

Otro de los proyectos que llama la atención es el de renovación del Centro Histórico, que en los últimos días ha desatado todo tipo de opiniones al respecto debido a que una empresa privada decidió borrar algunos de los grafitis que allí estaban. Algunas personas lo vieron como un atentado al arte de la ciudad y otros como un atentado al vandalismo.

Lo que se puede decir es que el tratamiento del centro en una ciudad como Bogotá es indispensable, “hay un elemento que se les olvida muchas veces a los urbanistas y las administraciones: y es que piensan que el centro es un lugar donde se restauran edificios viejos”, dice Viviescas. Los centros de las ciudades han adquirido una implicación enorme actualmente, el centro adquiere misión ordenadora porque es adonde llega y pasa por allí prácticamente toda la fuerza de la ciudad.

Uno de los proyectos de los cuales no se tiene un escenario concreto es el de las ciclorrutas. A pesar de los 120 kilómetros de via para ciclistas que se piensan construir, el incremento de usuarios rebasa lo planeado.

Pero el experto en movilidad José Stalin Rojas plantea "un fuuro prometedor para la bicicleta en Bogotá: las tendencias de progresividad en la seguridad vial, la intermodalidad del transporte público, la aplicación de TIC´s, y el fortalecimiento del sistema de transporte público se pueden considerar hechos probables que favorecerán el uso de la bicicleta en el fúturo. En 2017 aproximadamente, el 5% de las personas utilizaban la bicicleta para transportarse en la ciudad, pero para el 2038 este porcentaje pasará a 20%, es decir, una de cada cinco personas utilizará la bicicleta para moverse en la ciudad. Y segundo, Bogotá seguira teniendo la mayor cantidad de kilometros de cicloruta", dice el experto.

La exposición plantea múltiples escenarios: el polémico metro elevado, el metrocable, corredores viales que conectarán el parque Simón Bolívar con el Virrey y la construcción de nuevos centros para la cultura y el deporte. Solo en estos dos últimos ya se han empezado a ver resultados tangibles: el antiguo coliseo El Campín que va a ser cambiado por un escenario de este siglo y la nueva Cinemateca Distrital, que será un espacio que se ganó el cine por la representación que ha hecho del país ante el mundo.

En el Museo de Bogotá hay un mapa interactivo a escala de Bogotá, varios mapas cartografiados de la ciudad en los que se proyecta el casco urbano en el siglo XIX y XX con miras a futuro; e incluso cabinas en donde los espectadores se pueden sumergir por los sonidos que abundan y caracterizan algunas de las calles típicas y famosas de la ciudad.