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Bogotá: Filarmónica y Cinemateca, aún sin casa

Los altos costos, los bajos presupuestos y diferencias políticas ponen en vilo la construcción de los espacios culturales que necesita Bogotá.

21 de mayo de 2016

Con poca prensa, en la localidad de Bosa, concejales, teatreros, músicos y políticos debatieron los proyectos de la cultura incluidos en el Plan de Desarrollo de la Bogotá Mejor para Todos (2016-2020) de Enrique Peñalosa. Entre los temas mencionados, acaloraron el debate la construcción de las sedes de la Orquesta Filarmónica de Bogotá y de la Cinemateca Distrital. El motivo: falta mucho para poner el primer ladrillo.

No se sabe cuál de las dos está más lejana. La historia de la sede de la Filarmónica comenzó en 2014 cuando se suscribió un convenio entre la Secretaría de Cultura, la Empresa de Acueducto de Bogotá y la Universidad Nacional para diseñarla. La administración de Gustavo Petro consideró cinco lotes ubicados cerca al centro administrativo, al Centro de Memoria y Paz, al triángulo de Fenicia y al Eje de la Memoria, pero todos estaban destinados a otras obras. Por eso, el IDRD concedió finalmente un lote a la Orquesta Filarmónica cerca al coliseo El Campín. Una zona que la actual secretaría califica como “de las más ruidosas de la ciudad”.

La Alcaldía de Petro contrató el diseño del proyecto con la Universidad Nacional en tres etapas: diagnóstico, conceptualización y diseño. Pero en el desarrollo de las dos primeras, la asesoría internacional en acústica y espacios teatrales, a cargo de Arup Acoustics, recomendó ampliar el área y los diseños, lo que generó costos mayores que el Acueducto no tenía cómo asumir y la Universidad Nacional no podía disminuir. Ante la falta de acuerdo, el diseño llegó apenas a un 80 por ciento y en ese estado la institución educativa se lo entregó al Acueducto en marzo pasado. Según esta empresa, el asunto podría terminar en una demanda contra la universidad por no liquidar el convenio.

En el diseño se calculó que la sede costaría 110.000 millones de pesos. María Claudia López, secretaria de Cultura de Bogotá, asegura que “tiene un presupuesto anual de 52.000 millones por lo cual no puede realizar la obra”. Además, afirmó que el proyecto “es para algo más grande que la sede de una orquesta, sale más costosa que el Teatro Colón”.

Los reclamos de músicos y concejales no tardaron, por lo que la secretaria aseguró: “Estamos conscientes de la necesidad de esta sede y no hablamos de una nueva construcción, porque es posible que el espacio ya exista”.

Si por la Filarmónica llueve, por la Cinemateca no escampa. Aunque con menos inconvenientes, también está en vilo. La administración anterior dejó un presupuesto en fiducia de 35.000 millones de pesos destinados para esta obra, pero a la fecha faltan 9.000 millones de pesos para, una vez edificada, adecuar el espacio.

La actual Alcaldía incluye el proyecto dentro de la lista de obras construibles por medio de alianzas público-privadas, pero López aclara que “hay dudas en cuanto al presupuesto. Esta administración no tiene los recursos para mantener una obra de esa envergadura con recursos públicos”.

El gremio del cine nacional está preocupado. Julián David Correa, director saliente de la Cinemateca -quien presentó su renuncia recientemente-, aseguró que “se requiere en este momento firmar el contrato con los constructores e iniciar la obra que demora 20 meses. En ese tiempo es posible gestionar los recursos faltantes”. Por su parte, Daniel Bejarano, gestor cultural y desarrollador audiovisual, aseguró que “más que un problema real, parece ser un problema entre políticos, en el que el uno no quiere seguir con lo que dejó el anterior”.

El director Luis Ospina le dijo a SEMANA que la preocupación de los cineastas “es la posibilidad de que los recursos se desvíen a otras obras de carácter no cultural”. A su vez, su colega Felipe Aljure aseguró que “la sede se necesita hace 100 años y, de no hacerse ahora, nos vamos a demorar otros 100 para tener 35.000 millones para hacerla”.

En relación con esta obra, los aficionados al cine han reunido 3.040 firmas entre las que están diversas personalidades como el director Sergio Cabrera, quien aseguró que “no es ahorrando, sino invirtiendo en cultura como lograremos construir el país que soñamos”.

La administración actual de la capital está en su derecho de tomar sus propias decisiones. Sin embargo, más allá de su aparente postura de rechazar todo lo que dejó el anterior alcalde, es evidente que los espacios para la cultura en Bogotá siguen siendo urgentes.