Home

Cultura

Artículo

BOLIVAR Y BELISARIO

Los nuevos libros de Mario Laserna y Jorge Mario Eastman enriquecen y agitan polémicas.

22 de septiembre de 1986

"Bolívar, un euroamericano frente a la Ilustración" (Mario Laserna, Ediciones Tercer Mundo), debería titularse más bien "contra" la Ilustración. Esa es, en efecto, la tesis que desarrolla el autor. La ideología de Bolívar, y su obra (fallida) de hombre de Estado, pueden resumirse según Laserna en la oposición a todo lo que constituye el jacobinismo, raíz de todo mal: el racionalismo, el voluntarismo, la creencia en la perfectibilidad del hombre y de la sociedad y en la posibilidad de la libertad absoluta. En contra de todo eso, Laserna presenta a un Bolívar ortodoxamente conservador y tradicionalista, precursor de Caro y de la Constitución del 86, e incluso del artículo 120 de la reforma del 68 sobre "participación equitativa y adecuada ". Ese Bolívar emerge de sus propios textos -el Manifiesto de Cartagena, la Carta de Jamaica, el discurso de Angostura, la Constitución de Bolivia- y también del análisis de numerosos autores y teorías que Laserna trae a cuento: Rousseau y el Contrato Social, Darwin y la evolución de las especies, Montesquieu y la separación de los poderes, Konrad Lorenz y los hechos filogenéticos.
Para Laserna, en efecto, la historia y la naturaleza (incluida la naturaleza social) no son separables, sino que constituyen un todo orgánico. Y el genio de Bolívar consiste en haberlo visto antes que él. Lo que se enfrenta a ambos es el "santanderismo": la concepción "individualista-septembrina" de la sociedad y del Estado. Bolívar (como Laserna) se oponía a tal concepción de raíz jacobina y racionalista porque era un realista. Sabía que la realidad es más fuerte que las emanaciones "aéreas" de la razón o del espíritu. Sabía, como diría Lenin un siglo más tarde, que "los hechos son tercos".
Que Bolívar fuera un realista, de acuerdo: pero frente a la totalidad de la realidad -en tanto que Laserna, como sus odiados jacobinos, parece tomar una parte como el todo. Existe la parte orgánica-conservadora-tradicionalista:los pueblos,las costumbres, la geografía, las lealtades granadinas o venezolanas que torpedearon esa creación jacobina que fue la Gran Colombia. Pero también existe la parte racional-voluntarista-revolucionaria: los jacobinos, los septembrinos, los filósofos creadores de "repúblicas aéreas". Tanto existen, que derrotaron a Bolívar (y de pasada, y en eso tiene razón Laserna, probablemente también a los pueblos. Aunque algo tuvo que ver en ambas derrotas la acción de los conservadores, "imbuidos de los prejuicios y vicios de sus recientes gobernantes hispánicos" como dice Bolívar, citado por el enviado inglés C.M. Ricketts en un apasionante documento que Laserna publica por primera vez en español). Tanto existen, que mucho de racionalismo, de jacobinismo, de voluntarismo revolucionario tenía el propio Bolívar.

La fama de Jorge Mario Eastman como una de las más grandes fábricas de libros sobre temas nacionales no escampa. Y la prueba de que continúa lloviendo es su última obra, "¿Hacia un populismo petrolero?" que está recién salida del horno y que muy seguramente agitará la controversia en torno al legado político y económico del gobierno de Betancur.
En su prólogo, el ex presidente Alfonso López Michelsen afirma que en este libro, "Eastman obra sin duda inspirado por un sentimiento de partido al querer reivindicar para el liberalismo y para una política puesta en marcha en las dos últimas administraciones liberales el milagro de la recuperación de Colombia como país exportador de petróleo, en el corto espacio de diez años...".
Con esta afirmación, el ex presidente López parece estar de acuerdo con el propósito del ex ministro Eastman de dejar claramente demostrado que los frutos de la política petrolera que se le reconocen al gobierno de Betancur fueron sembrados en los gobiernos liberales anteriores, o sea en el de López Michelsen y Turbay Ayala.
Adicionalmente, el ex Presidente aprovecha el prólogo para afirmar que Contadora fue un absoluto fracaso "porque no desembocó en nada"; que el proceso de paz "se ha traducido en un mayor número de muertos por mes que en cualquier otra época", y que en la evaluación del famoso año social del gobierno anterior, el ex ministro Jorge Carrillo "al hacer un autoelogio de su gestión, no vaciló en cuantificar lo que no había ocurrido, diciendo que estimaba en diez mil millones de pesos la cuantía de las huelgas que no se presentaron durante su gestión... ".
El libro de Eastman contiene un compendio de conceptos planteados por el autor en artículos publicados en la revista Consigna entre febrero y junio de 1986, con el común denominador de la crítica contra lo que el autor considera "el populismo de la administración Betancur". Jorge Mario Eastman afirma tajantemente en su libro que "la política petrolera que hoy padece Colombia arroja un balance tan nefasto, que sólo puede parangonarse con aquella que pusiera en marcha hace más de 20 años, dentro de un gran caos ideológico, el ex ministro Enrique Pardo Parra".
La polémica apenas comienza...